Pánico a otro año en blanco

El Barcelona afronta esta tarde el partido aplazado de la primera jornada de Liga ante el Elche con la imperiosa obligación de ganar para no despedirse definitivamente de la frágil opción de optar a ganar el campeonato. Un clavo ardiendo al que aferrarse ante el pánico que suscita en el club azulgrana la posibilidad de encadenar el segundo año en blanco consecutivo. El pasado curso ya no hubo títulos, algo que no veía el barcelonismo desde el curso 2007-08, el del ocaso de Rijkaard y Ronaldinho, y reaparece la amenaza. El seísmo vivido hace más de una década quedó subsanado con el triplete celebrado con Guardiola un año después pero, ahora, la situación es muy diferente por la grave crisis económica e institucional que afecta al club catalán. Una entidad sumida en un desgobierno desde que Bartomeu dimitiera en octubre y con unas elecciones presidenciales en el horizonte. Con la Supercopa de España perdida ante el Athletic, las opciones en Liga, Copa y Champions son remotas, sobre todo por la escasa fiabilidad y regularidad de los azulgranas. El torneo europeo es el más complicado. De hecho roza la utopía tras la goleada recibida en el Camp Nou ante el PSG (1-4), lo que obliga a marcar cuatro goles, como mínimo, en el Parque de los Príncipes. Para optar a la Copa del Rey también es necesaria una remontada, aunque en el Camp Nou ante el Sevilla, que ganó en la ida por 2-0. Y la diferencia en la Liga se ha enquistado tras el inesperado empate ante el Cádiz. Ocho puntos separan al Atlético de Madrid del equipo azulgrana, que no arroja la toalla. «Todavía podemos ganar el campeonato. Todos los equipos están fallando. No soy partidario de pensar que la Copa sea más importante y sabemos que tenemos que remontar un partido. Creo que podemos hacer cosas en las dos competiciones. Son tres partidos ahora vitales. Complicado, porque tenemos que remontar sin público. Con público es más fácil de remontar, es diferente», aseguró ayer Koeman, que rezuma un optimismo que pocos aficionados azulgranas creen. El bono de fallos se le agotó al Barcelona, que adolece de una asombrosa fragilidad defensiva, con fallos individuales impropios del caché de sus futbolistas, y una constante inoperancia ofensiva que le impide cerrar los partidos a pesar de generar numerosas ocasiones de gol y le aboca a un sufrimiento innecesario que en bastantes ocasiones ha desembocado en tropiezos hirientes y groseros. Ganar hoy al Elche y al Sevilla el próximo sábado es indispensable para no perder las pocas esperanzas que le quedan a los azulgranas en la Liga. «Es un momento en el que nos jugamos mucho. Hay que buscar energía, que la hemos tenido en los últimos partidos. Me siento decepcionado por los puntos perdidos en casa, pero hay que seguir con nuestra trayectoria. Si fallamos más, llegará el momento de quedarnos sin posibilidades de ganar algo», avisó Koeman, que seguirá sin poder contar con Araújo. El técnico confirmó que había hablado con Lenglet para tratar de recuperarle anímicamente tras las críticas recibidas por el innecesario penalti cometido ante el Cádiz. «Le digo al equipo que podemos. Depende de los próximos encuentros. Hay que sacar todos los partidos para poder luchar. Hay esperanzas y, mientras hay esperanzas, hay que ir a por todo. Seguimos vivos», insistió el neerlandés, que se niega a sumar un año sin títulos en el Barça. Dos semanas claves Se juega la temporada el Barcelona en quince días. Elche, Sevilla y Osasuna determinarán si hay alguna opción de pelear por la Liga, y también se disputarán las dos vueltas, la de Copa ante el Sevilla, y la de Champions en París. Además, en este periodo de tiempo saldrá elegido el nuevo presidente el club (el domingo, 7 de marzo, es el día de las elecciones) entre los candidatos Toni Freixa, Joan Laporta y Víctor Font, que deberá marcar las nuevas directrices deportivas y económicas del club catalán.

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