viernes, 26 de febrero de 2021

A la medida de Sánchez

La prensa llevaba muchos meses sin poder acceder a las instalaciones de La Moncloa. A la vuelta del verano se enterraron definitivamente, en torno al mes de octubre, el sistema de grupos rotatorios para garantizar un mínimo de periodistas de forma presencial en la sala de prensa. La segunda ola de la pandemia y luego la tercera enterraron ese formato. Ayer, pasadas las 11.30 horas desde la secretaría de Estado de comunicación empezaba a comunicarse a los periodistas que habitualmente cubren la información gubernamental que el presidente del Gobierno comparecería al término del Consejo Europeo Extraordinario. Después de estos foros, cuando se han venido celebrando telemáticamente, el presidente no solía comparecer. Pero era el pretexto perfecto para comparecer desde La Moncloa. La prensa podría acudir por primera vez en muchos meses con un aforo limitado y la comparecencia tendría lugar en las escalinatas que dan acceso al complejo donde el presidente tiene su despacho. Con todo el boato ceremonial, banderas de España y de la UE incluidas. El ambiente y el entorno eran más propicios para un pacto que para una ruptura. Pero Sánchez lo empleó como muestra de autoridad. Aunque la falta de acuerdo actual demuestra precisamente que no goza de la suficiente ni para convencer al PP ni para frenar a Podemos. En primera fila había sitios reservados para Miguel Ángel Oliver, secretario de Estado de Comunicación, y para los tres lugartenientes de Sánchez en La Moncloa: Iván Redondo, jefe de gabinete del presidente del Gobierno; Francisco Salazar, su adjunto en La Moncloa; y Félix Bolaños, secretario general de la presidencia del Gobierno y el hombre de las negociaciones, sea el PP, Podemos, Ciudadanos o la familia Franco. El pretexto del Consejo Europeo se demostró pronto una coartada. Se limitó a manifestar su apoyo al certificado de movilidad vinculado a la vacuna. Sánchez quería hablar de Don Juan Carlos, aquí sí espero al turno de preguntas, y quería meter presión al PP por la negociación del CGPJ. Aquí ni esperó al turno de preguntas para reclamar al PP una negociación «sin vetos» y para situar al partido de la oposición, con el que menos de 24 horas antes había pactado la renovación de RTVE, en el «enfrentamiento» y en el «bloqueo». Pedro Sánchez llevaba prácticamente dos meses sin conceder una rueda de prensa. La última fue el 29 de diciembre, la tradicional comparecencia de balance de fin de año. Fue de forma telemática. Desde entonces el presidente del Gobierno se había abonado a formatos muy cómodos, para él, sin presencia de los medios de comunicación y en los que se centraba en los proyectos de recuperación económica. Sin haberse expuesto en lo peor de la tercera ola de la pandemia.

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