Pau Gasol vuelve a casa. El jugador confirmó ayer lo que era un secreto a voces desde que el pasado fin de semana se filtraran las negociaciones para su regreso al Barcelona. Viaje de ida y vuelta tras un periplo maravilloso en la NBA, donde alcanzó la gloria en dos ocasiones y de donde vuelve para volver a sentirse jugador tras dos años sin poder disputar un partido por culpa de una lesión. Por eso, su regreso está lleno de retos apasionantes, empezando por esa recuperación que ya encara su fase final y acabando con su posible presencia en los Juegos de Tokio, donde quiere poner el punto final a una carrera magnífica luciendo la camiseta de España. Su equipo de siempre. El de todos. Su familia. A Pau Gasol le sentó muy mal que el Barcelona desvelara las conversaciones que estaban llevando a cabo para sellar su vuelta. El catalán se despertó el sábado con el móvil en llamas, plagado de mensajes de felicitación por un fichaje que aún no se había cerrado. El enfado del catalán fue rebajándose a medida que se dio cuenta de que no podía dar marcha atrás, pues la vía azulgrana era la mejor para él y para su pie. No había muchas más, pues la NBA le había cerrado las puertas y el club de su infancia se las abría de par en par. «Estoy muy contento de anunciar que vuelvo a casa. Espero poder incorporarme a los entrenamientos lo antes posible e iremos valorando junto al entrenador, el cuerpo técnico y los equipos médicos (el mío propio y el del club) mi progresión dentro del equipo y mi aportación en la pista», señalaba ayer el jugador en sus redes sociales. En Barcelona, a donde Pau llegará en los próximos días, podrá finalizar la rehabilitación de la fractura por estrés que sufrió hace dos años en el pie izquierdo. Una dolencia grave que suele acabar con la carrera de veteranos como él. Si no lo ha hecho con la suya es por la tenacidad que ha demostrado, empeñado en retirarse en una cancha y en hacerlo tras disputar sus quintos Juegos Olímpicos, como siempre había deseado. Retirarse con España Un sueño que pasa por volver a sentirse jugador, que es el primero de sus retos en esta vuelta al Barcelona. La tranquilidad de conocer el entorno y de poder tener cerca a parte de su familia y a sus colaboradores más cercanos le ayudará en esta última etapa de su recuperación, en la que debe entrenar con el grupo para coger sensaciones antes de alcanzar el ritmo competitivo. Jugar dos años después –disputó su último partido el 10 de marzo de 2019– es la segunda meta. Será extraño para él, tras veinte años de carrera, verse de nuevo en la pista, pero así lo ha querido el destino. Su regreso será muy pausado, algo que ya tiene hablado con Jasikevicius, al que le une una relación de confianza mutua. Ambos coincidieron en el Barça en el año 2000, cuando Pau empezaba a despuntar y el lituano era una de las estrellas del equipo. Desde entonces, habían perdido el contacto, recuperado ahora con el regreso de Pau. En el equipo azulgrana coincidirá también con Mirotic, su hermano pequeño en la NBA. Al que guió cuando llegó a los Bulls siendo un novato y al que seguirá mimando en esta etapa. El montenegrino es la gran estrella de un equipo que aspira a todo, incluida la Euroliga, el único título que Pau no ha levantado en su carrera. Porque se fue de Barcelona muy pronto, en una temporada en la que el equipo alcanzó el doblete –Liga y Copa– pero en la que se le escapó el torneo continental. Por eso, ganarlo este año sería increíble, pues solo Ginóbili y Bill Bradley han sido capaces de levantar ese trofeo y enfundarse el anillo de campeón de la NBA. Si todo va bien, Gasol estaría listo para unirse a la selección en verano. Su gran objetivo. El leitmotiv de toda esta recuperación contrarreloj. Disputar sus quintos Juegos y despedirse con la camiseta de España siempre fue su deseo. La pandemia le dio una prórroga inesperada para recuperar su pie y Pau no quiere dejar escapar la ocasión. «Es un día feliz, porque significa que Pau está en la fase final de su recuperación. Ojalá que, en el corto o en el medio plazo, sus sensaciones sean tan buenas que, además de con su club, en verano pueda incorporarse a su familia, que es la familia de la selección», señalaba ayer Jorge Garbajosa, presidente de la federación de baloncesto y amigo del catalán, al que ya espera con los brazos abiertos para que pueda despedirse a lo grande en Tokio 2020. Las metas de Pau en Barcelona Dejar atrás la lesión: Es el primer objetivo, sin el que no tienen cabida los demás. Necesita entrenar y coger ritmo de competición lo antes posible Volver a jugar: El próximo 10 de marzo se cumplirán dos años de su último partido. Volver a pisar una cancha en un encuentro oficial es su siguiente deseo Ganar la Euroliga: Es el único título que le falta en su palmarés junto con el oro olímpico, por eso volver al Barça y poder devolver la Copa de Europa a Barcelona es uno de sus propósitos Disputar los Juegos: Todo lo anterior tiene como horizonte llegar a la cita olímpica, donde Pau quiere decir adiós al baloncesto con la camiseta de España
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