El próximo martes el Consejo de Ministros aprobará un plan de desescalada que permitirá caminar durante el mes de mayo y junio con más certezas. Ya que hasta ahora el Gobierno ha anunciado las primeras medidas sin contar con un plan concreto para ir relajando el confinamiento. Un planteamiento que anticipa una nueva prórroga del estado de alarma que, por otro lado, estaba más que descontada. Hoy arranca ese nuevo escenario con los paseos de los menores de 14 años. Y se continuará a partir del 2 de mayo con el deporte individual y los paseos permitidos con las personas con las que se conviva. Y este nuevo escenario se abre pese a las muchas incertidumbres que trasladó anoche en su comparecencia semanal el presidente del Gobierno: «No tenemos certezas sobre cómo transitar esa desescalada». En este punto insistió Sánchez en la idea de que se iniciará entonces un escenario desconocido: «No disponemos de un manual infalible. No hay una hoja de ruta definida. Estamos enfrentándonos a algo desconocido», dijo el presidente del Gobierno. Y es que no hay ningún país del mundo «que haya completado un proceso de desescalada hacia esa nueva realidad, a esa nueva normalidad en la que nos vamos a desenvolver cuando tengamos controlado a la epidemia». Si existen, como reconoció Sánchez, «experiencias parciales», en referencia a la provincia china de Wuhan, pero introduciendo la salvedad de que «provienen de países con culturas y sistemas políticos y sociales distintos que hacen difícil trasplantar sus lecciones». Y es que España fue tras Italia el primer país en recibir los efectos más duros del virus en Europa. Y aunque algunos países ya exploran medidas como la apertura de algún comercio o las relativas al deporte individual, no hay todavía ninguno que haya completado ningún plan y sirva de ejemplo a nuestro país. Y esa falta de certezas es la que lleva al Gobierno a insistir en que la desescalada sea Pedro Sánchez insistió anoche en la idea de que esa desescalada será «gradual, asimétrica y coordinada», y caracterizada por la máxima «prudencia». Esa será una hoja de ruta que se empezará a aplicar en función de que se cumplan o no una serie de marcadores. Pero esas decisiones las pilotará el Gobierno central, aunque, como ya quedó claro la pasada semana, las decisiones se tratarán de manera diferenciada en función de la situación de cada territorio. Una diferenciación que no necesariamente deberá referirse a la región o la provincia. «No avanzaremos todos a la misma velocidad, pero sí con las mismas reglas», dijo ayer Sánchez. Y esa es su respuesta a los gobiernos regionales de Cataluña y País Vasco, especialmente gruesas son las presiones de Quim Torra, que reclaman aplicar sus propios planes de desescalada. Muchos gobiernos regionales lo han aplicado, pero todos asumen que el Gobierno será quién vaya determinando los pasos a dar. «La máxima será una: entramos juntos y saldremos juntos como país», reiteró el presidente del Gobierno. La presión más fuerte llega desde Cataluña. Torra quiere aplicar su propio plan de desescalada y ahora quiere establecer unos horarios para las salidas de los niños a la calle. En este sentido Sánchez advirtió de que la norma «es clara». En ella se establece un horario sin más limitaciones entre las 9 de la mañana y las 21 horas. «Es importante arrimar el hombro y dejar de lado otras cuestiones que nada tienen que ver», pidió Sánchez. El presidente vuelve a reunirse hoy con los presidentes autonómicos. Pero esa desescalada podrá ser «entrado mayo», probablemente a partir del 10, durante la siguiente prórroga del estado de alarma, una etapa tan «plagada de riesgos y de peligros» como la primera.De España https://ift.tt/3bzc30R
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