miércoles, 1 de abril de 2020

Alirón en agosto y más fútbol en Navidad

Todo lo que se lea a continuación debería ir acompañado por un asterisco y una nota a pie de página en la que se indicara que la evolución de la pandemia del coronavirus será la que marque el calendario de cualquier evento deportivo en los próximos meses, pues nadie tiene mucha idea de lo que va a pasar ni cuánto va a durar todo esto. Pero, en cualquier caso, hay que pensar y planificar para cuando salga el sol, y en esas anda el mundo del fútbol desde hace semanas, dándole vueltas a un crucigrama casi imposible y que obliga a sacrificios por todas partes. Lo que se tiene más o menos claro es que no rodará la pelota tan pronto como desean algunos y que, casi con toda seguridad, se entonará el alirón en agosto, condicionando además el inicio de la próxima temporada. Ayer, la UEFA volvió a reunirse, telemáticamente, con las 55 federaciones miembro para encontrar respuestas a las múltiples preguntas que ahora mismo planean en los despachos. A bote pronto, el primer titular que se rescata de la cumbre es que el máximo organismo del fútbol continental asume que hasta junio no regresará la competición, y eso en el mejor de los casos. La UEFA baraja el primer fin de semana de ese mes como la vuelta a la normalidad, aunque en el peor de los escenarios piensa que podría ser en el último. La prioridad, en todos los casos, es que terminen las competiciones domésticas para evitar un cataclismo económico y también que haya desenlace en la Europa League y en la Champions, que siguen «aplazadas hasta nuevo aviso». Efectivamente, tanto la UEFA, como la ECA (Asociación de Clubes Europeos), la EPFL (Asociación de Ligas) y FIFpro (sindicato de jugadores), y en ese combo se incluye a la Liga española y a sus respectivos equipos, quieren que la temporada 2019-20 concluya como sea, no hay debate en eso. El problema principal, y de ahí lo del asterisco del inicio de este texto, es que la incertidumbre ahora mismo es total ya que todo está en manos de la evolución de la pandemia generada por el Covid-19. Para facilitar que los torneos lleguen a puerto, las federaciones acordaron ceder las dos fechas de la ventana internacional de junio (España tenía programado jugar el 5 en el Wanda contra Portugal y el 9 en Santander contra Lituania, pero eso era como preparación para la Eurocopa) a las ligas para poder concluir las competiciones domésticas. Cada país maneja sus tiempos, también en la gestión de la crisis, pero la UEFA, precavida, da por hecho que hasta junio no habrá fútbol. Además, hay que tener en cuenta que los equipos, una vez se retome la actividad, necesitarán realizar una pretemporada, así que no es tan fácil cuadrar el calendario. «En el caso de que no puedan llevar a cabo los planes, se estudiará un nuevo replanteamiento», explican desde la Real Federación Española de Fútbol. En ese sentido, y según las reuniones mantenidas hasta la fecha, los clubes españoles tienen sobre la mesa varias alternativas. La más optimista, una quimera, es que el fútbol se reinicie el 10 de mayo y se dan de plazo hasta el 28 de junio como la peor de las opciones. Obviamente, pura lógica, cuanto más tarde empiece todo peor con vistas al curso 2020-21, que ya de por sí estará muy comprimido por el compromiso de los clubes tanto con la UEFA como con la Conmebol para que se celebren debidamente la Eurocopa y la Copa América, sacrificadas este verano por el bien común. De este modo, el objetivo es encontrar ocho semanas completas para finiquitar las ligas (en la española, restan aún 11 jornadas) y los torneos europeos, siendo bastante más complicado en el caso de estos últimos precisamente por la dificultad que pueda existir con los desplazamientos entre países. Vacaciones y contratos Pero si ya es difícil lo de ahora, también lo será lo del mañana. La temporada 2020-21 no tendrá respiro y habrá fútbol hasta en la sopa. Tal y como cuentan a ABC desde los despachos de uno de los grandes clubes nacionales, no se contempla que haya parón navideño como es tradicional en España y no habría descanso entre la fase de grupos de la Champions y los octavos de final. Es decir, pelota con partidos entre semana de manera continuada. Los clubes pretenden que no haya competición internacional, como la Liga de las Naciones, para que finalice todo a su debido tiempo y los futbolistas, actores principales de todo esto, tengan, sin distinción, un mes de vacaciones. Aún no se sabe qué pasará con los contratos que finalizan el 30 de junio, enésimo contratiempo de un rompecabezas estresante.

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