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El Marqués de Salamanca fue el encargado de poner de moda el lateral del Paseo de la Castellana como lugar de residencia de las grandes fortunas de mediados del siglo XIX. Su palacio, hoy próximo a la Plaza de Cibeles, animó a otros nobles, empresarios y banqueros a trasladarse a esta zona de la capital que por entonces eran las afueras. Actual sede de la Fundación BBVA, el palacio del Marqués de Salamanca permite acompañar la azarosa vida de este peculiar personaje. Un edificio que siguió el modelo de las villas renacentistas italianas y que se puso de moda en Madrid para todos aquellos que querían mostrar su poder económico, como fue el caso de este hombre de negocios. «En estos terrenos estaban las huertas del Conde de Oñate. Era la zona periférica de la cerca de Felipe IV donde habían muchas huertas. El Marqués de Salamanca será uno de los primeros en venir y con él comienza la urbanización de los laterales del paseo. Muchos banqueros y socios hacen lo propio», explica a ABC la historiadora Elena Rosado. Aunque hubo excepciones. Uno de sus socios, el Marqués de Gaviria, optó por quedarse próximo del Palacio Real, en la calle Arenal. En el caso de nuestro protagonista, contrató a uno de los arquitectos más reputados de la época, Narciso Pascual y Colomer, responsable también del edificio del Congreso de los Diputados. Era el arquitecto de la reina Isabel II y con él se aseguraba reconocimiento de su riqueza y posición. La escalera conecta la planta baja con la planta noble - BELÉN RODRIGO La construcción de este palacio fue bastante complicada, tal y cual como la vida de José de Salamanca y Mayol quien hizo fortuna de la nada gracias a su carácter y facilidad de hacer contactos lo cual le permitió escalar y llegar a una importante posición. «Se casó en Málaga con Petronila Livermole y a través de su suegro y de sus cuñados entra en el círculo de poder. Al casarse se marchan a Madrid y allí no tardaría en entrar en el círculo de la reina María Cristina y su marido», cuenta la historiadora. Fue en 1841 cuando logró el monopolio del negocio de la sal y comienza a dedicarse a los ferrocarriles, uno de los pilares de su negocio. «Construyó ferrocarriles dentro y fuera de España, en países como Portugal, Italia y EE.UU.», matiza Elena Rosado. En 1850 entró en el sector inmobiliario y conociendo los planes del futuro ensanche de Madrid, el Plan Castro de 1860, compró terrenos. «Invirtió 60 millones de reales con la idea de construir 350 edificios pero se llevó a cabo la primera fase, el hoy llamado barrio de Salamanca. En 1863 se inicia la crisis económica en España que poco después afecta a los ferrocarriles y al sector inmobiliario, los dos pilares de la fortuna del Marqués de Salamanca», indica la historiadora. Obras intercaladas Antes de llegar a su difícil situación económica tuvo años muy buenos y una de sus operaciones fue comprar los terrenos para su palacio en 1845 y comenzó las obras en 1846. Pero en 1848 se paralizaron porque se marchó exiliado a Francia después de ser acusado de corrupción como ministro de Hacienda. Regresa un año después y logra paralizar la subasta del palacio y seguir con las obras aunque volverían a sufrir altercados. En 1854 se detienen de nuevo por la revolución que tuvo lugar. Una segunda vez retomadas las obras se logró finalmente inaugurar el palacio en 1858 con una gran fiesta. Allí se instaló con su mujer y dos hijos, aunque no tardaría en quedarse viudo. El salón de baile conserva un precioso suelo de madera - BELÉN RODRIGO Inspirado en un villa italiana, Narciso Pascual y Palomer sigue esta estructura tanto para el exterior como para la organización de a planta y toda la decoración. Frente al palacio, donde ahora hay un pequeño jardín que impide ver bien el edificio desde fuera, estaba simplemente una pradera que sí posibilitan ese contacto visual. Y el jardín estaba en la parte posterior donde se instaló un admirado invernadero. «En uno de sus viajes a Francia vio un invernadero y decidió traer uno de una casa inglesa que llegó desmontado. Dicen que era increíble y cuando el Banco Hipotecario es propietaria del palacio llega a un acuerdo con el Ayuntamiento para llevar el invernadero a la zona de la Rosaleda, junto con dos fuentes que se mantienen actualmente. Tras la guerra se desmontó el invernadero y se perdió el rastro», cuenta Elena Rosado. Los referidos problemas económicos obligaron al Marqués de Salamanca a ir deshaciéndose de sus posesiones y en 1876 vende este palacio al Banco Hipotecario. Antes se había ido deshaciendo de muchas de sus obras de arte. En este palacio, concretamente, estaban las pinturas. Fue su vivienda, no trabajó en él, y la primera planta fue la parte noble del palacio donde además de los dormitorios estaba el salón de baile. «Con motivo de su santo organizó una cena para cien personas. A las mujeres les regaló una bombonera con piedras semipreciosas y a los hombres un tarjetero con sus iniciales grabadas», comenta como curiosidad la historiadora. Precisamente la sala de baile es una de las que más llama la atención a los visitantes por la belleza de su suelo de madera, ahora restaurado. El techo de la escalera se decoró con pinturas neo pomepeyanas y escelnas mitológicas - BELÉN RODRIGO Las pinturas que adornan los techos son neo pompeyanas alternadas con escenarios mitológicos con temática amorosa. No están firmadas y en algunos casos no hay muchos estudios sobre su posible autoría. Para decorar el palacio se usó mucho el estuco y la escayola imitando al mármol. Con el banco el palacio sufrió algunas alteraciones. Por ejemplo, el patio central se convirtió en patio de operaciones. Junto al palacio había a los lados dos pabellones independientes que se conectaron con corredores y ganaron en altura para poder instalar todas los despachos necesarios en su nuevo uso. La fachada también cambió en lo que se refiere a las rejas y las puertas giratorias que se instalaron posteriormente. El Banco Hipotecario desapareció en 1991 quedando integrado en la corporación Argentaria y con las fusiones posteriores surgiría el BBVA cuya fundación ocupa hoy este palacio. En él se celebran conciertos y conferencias de índole científica y cultural. En el patio de columnas, por ejemplo, alrededor del cual se vertebra todo el edificio, se organizan los conocidos Premios Fronteras del Conocimiento. En todo el palacio se encuentran cuadros de la colección privada de la entidad financiera, entre ellos dos Goya. Todas las actividades son gratuitas y abiertas al público aunque las visitas al edificio se realizan únicamente a través del programa Bienvenidos a Palacio. Los pabellones laterales se unieron con corredores al palacio - BELÉN RODRIGO
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