martes, 1 de octubre de 2019

Siete meses de engaños: «Me mandó un mensaje; le pedí que me llamara y no contestó»

«Me mandó un whatsapp y me dijo que se había ido de vacaciones, que quería quitarse de en medio. A mí no me cuadraba. Le pedí que me llamara y no me contestaba. Luego me dijo que se le había caído al retrete su teléfono y me dio otro número que tuvo dos o tres días operativo». Fonso es primo de Jesús María, el hombre cuya cabeza fue hallada en un armario en Castro Urdiales (Cantabria). Fue este familiar el primero que dedujo que algo extraño le había ocurrido. Desde febrero no sabía nada de él y pese a su insistencia solo recibía algunos mensajes, impropios de la familiaridad que tenían. «Nos contábamos todo», asegura. Pero no era el único al que Mari Carmen, la pareja de Jesús Mari, ahora se sabe, estuvo enviando esos whatsapp para hacer creer que la víctima se había marchado de forma voluntaria. También se los mandó a Andrés, hermano de Jesús María, y a un amigo, Javier. Todos del mismo tipo. Y todos igual de increíbles y fingidos, plagados de excusas absurdas. El 16 de marzo había una cena de jubilados del banco para el que trabajaba el desaparecido y tampoco se presentó. A principios de abril, Fonso cada vez más escamado le dijo a su primo que no se creería nada de sus vacaciones hasta que no oyera su voz y que iba a ir a la Guardia Civil. Y así lo hizo. Les contó lo que sabía y sus sospechas. Los agentes hablaron con Maria Carmen y con Andrés, el hermano. Ella insistió en que se había de viaje a Asturias y Galicia y que se había llevado el dinero. Fonso acudió cada semana a preguntar si sabían algo. «Esos whatsapp son mentira», aseguró a los investigadores. Parecía una desaparición voluntaria, pero aun así hicieron gestiones sin resultado. Había otro dato que los familiares no se quitaban de la cabeza: antes de desaparecer Jesús Maria les contó que las cosas con Carmen iban muy mal...

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