¿Por qué el Granada es el líder de la Liga?

Domingo 30 de septiembre de 1973, quinta jornada de la temporada 1973-74. Domingo 27 de octubre de 2019, décima jornada de la campaña 2019-20. 46 años han pasado para ver otra vez al Granada liderando la mejor liga del mundo. Casi medio siglo después, el club nazarí manda en Primera a pesar de ser un equipo recién ascendido, de una escasa inversión de 6,3 millones en fichajes y con el antepenúltimo límite salarial (35,4 millones) del campeonato. Un milagro cimentado en el dueño y propietario chino Jian Lizhang y en el entrenador Diego Martínez, dos «niños» de 38 años que en poco más de tres han construido un club y un equipo moderno, modélico y competitivo. «Hay una corriente de felicidad alrededor del equipo que no había visto jamás en mis 53 años de vida», recuerda a ABC Lucas Alcaraz, granadino y extécnico rojiblanco en varios periodos en Segunda B, Segunda y Primera. «Lo más bonito es el granadinismo que hay en la ciudad. Todos nos identificamos con el club y el club con la afición. En 15 años que llevo en el club nunca vi algo así. Hemos inculcado unos sólidos valores que van más allá de lo deportivo. Solo hay que ver la cantidad de niños que van al colegio con su camiseta del Granada, o cómo las conversaciones de los grupos de Whatsapp y de los bares giran en torno a lo mismo, nuestro equipo», detalla a este periódico el granadino Manolo Lucena, actual delegado del equipo, y jugador y capitán durante diez temporadas (2005-2015). El Granada de los setenta Con 88 años de vida, la época más gloriosa del Granada data de la década de los setenta, cuando en las temporada 1971-72 y 73-74 acabara sexto en la Liga, sus dos mejores puestos de la historia. Pero tras el descenso a Segunda en 1976, el club andaluz deambuló por Tercera y Segunda B durante más de tres décadas, e incluso estuvo muy cerca de desaparecer en 2002 tras sufrir un descenso administrativo. Como siempre hizo ante las adversidades, se levantó, y obró el milagro de regresar a Primera en 2011, tras 36 años sin estar en la élite. Hasta 2017, que volvió a Segunda, ya con Jian Lizhang como nuevo dueño. Su primer año al frente del Granada fue una travesía errónea, pero aprendió rápido y supo modificar rápidamente el rumbo del barco hacia el destino adecuado. Lizhang, dueño y propietario también del Chongqing Danghai Lifan, equipo de la liga china entrenado por Jordi Cruyff, es el fundador de Desports, una de las empresas de marketing de mayor facturación en Asia. A través de ella, se hizo con el 98,3 por ciento de las acciones del Granada en el verano de 2016, tras pagar 37 millones de euros a Gino Pozzo, el anterior propietario. La compra la realizó con la ayuda de Media Base Sports, la empresa dirigida por Pere Guardiola. El hermano de Pep también se encargó de la planificación deportiva, eligiendo a Paco Jémez como fichaje estrella, pero se olvidó de confeccionar una plantilla digna de Primera, contratando 18 jugadores nuevos, la mayoría cedidos y extranjeros sin nombre ni talento. Aquello acabó con el hoy técnico del Rayo despedido antes de Navidades, otros dos entrenadores más por el camino y el Granada en Segunda en mayo de 2017, con solo 20 puntos, precisamente los mismos que lleva ahora en solo diez jornadas y le han hecho líder. Lizhang tomó nota. Y actuó. Asesorado por el exfutbolista Belenguer creo la empresa Hope, dedicada a la gestión deportiva, con Antonio Cordón ejerciendo de director de fútbol y una potente red de ojeadores a su servicio. En la temporada 2017-2018, la primera tras el regreso a Segunda, Hope apostó por Manolo Salvador, hoy director deportivo del Levante, pero el equipo no se metió ni siquiera en los playoffs de ascenso y se tomó la decisión de prescindir de sus servicios. Se le entregó entonces la secretaría técnica del Granada a Fran Sánchez, hasta entonces gerente, y la dirección general a Antonio Fernández Monterrubio. Entre ambos montaron una solida estructura deportiva que les llevó a Diego Martínez, el gran artífice sobre el verde de este milagroso Granada. Un equipo repleto de españoles y andaluces, cuya mezcla de talentosos jóvenes y veteranos jornaleros han hecho del Granada, un humilde equipo de 13.900 abonados, la revelación de la Liga y de Europa «Los jóvenes preguntan a sus padres y abuelos si este Granada es mejor que el de los setenta. Jamás se ha vivido nada igual. La conexión que se ha logrado es única. Se identifican con un equipo que puede ganar o perder, pero que se deja la vida en el campo y representa los colores como nunca se hizo antes. Todos tenemos esta misma sensación en Granada. La ciudad está entregada», sentencia Rafael Lamelas, el periodista de «Ideal» que lleva 16 años siguiendo el día a día del ahora líder de la mejor liga del mundo.

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