La inmigración irregular este año está en torno a la mitad de la registrada en 2018 pero hay una ruta en la que el flujo de pateras aumenta: la que une las costas occidentales africanas con las Islas Canarias. La misma trayectoria que en 2006 se convirtió en autopista marítima para los cayucos que protagonizaron la mayor crisis migratoria vista en España hasta la fecha y que constituyó un récord hasta que en 2017 se batió en el Mediterráneo. En aguas del archipiélago canario se han rescatado o han llegado por sus propios medios a tierra desde el fin de semana unos 150 inmigrantes en una decena de embarcaciones, una acumulación que no se veía hace tiempo. La última alarma fue en junio de 2018 cuando, coincidiendo con la recepción del buque humanitario Aquarius en Valencia, se socorrió un cayuco con 152 personas a bordo. Antes, desde 2015, la aparición de algún tipo de barca migratoria había sido testimonial, gracias a la férrea vigilancia que Senegal y Mauritania ejercen siempre con el respaldo económico de España. Entre las pateras de estos días, una alcanzó las costas de Fuerteventura el sábado con 30 personas a bordo, otra las de Lanzarote, -el domingo lo haría ademas una zodiac- mientras que en torno a la isla de Gran Canaria se han localizado al menos siete embarcaciones, la mayor con un pasaje de 30 personas que incluía cinco bebés y dos embarazadas. Ayer por la tarde se informó del avistamiento de otra barcaza con 50 ocupantes, sin que hubiera más información al cierre de esta edición. De acuerdo con los datos del Ministerio del Interior, el aumento de inmigrantes en esta ruta a día de hoy es del 7% con respecto a 2018, -cuando la cifra subió un 535%- pero en cuanto a número de embarcaciones, ha crecido un 52%. Para los especialistas, esta reactivación es consecuencia de las dificultades cada vez mayores que existen para esquivar el control de Marruecos en el Mediterráneo o las vallas de Ceuta y Melilla. Desde otras fuentes se asocia a la inestabilidad en el Sahel. Levante y Alborán Durante el fin de semana ha continuado la llegada ya clásica en octubre de barcas migratorias fundamentalmente ocupadas por argelinos a puntos de Levante y Baleares, a las que hay que sumar dos que tocaron tierra en el litoral de Granada y una en Málaga. También el viernes, 200 rescatados en el mar de Alborán fueron llevados a Motril. Con todo, las cifras mejoran cualquier expectativa: en lo que va de mes se ha computado el acceso ilegal a España de 1.600 personas, y en el mismo periodo de 2018 eran ya 8.036, según la Organización Internacional de las Migraciones (OIM). Marruecos sigue haciendo su trabajo, el fin de semana del 10 al 13, retiró del Mediterráneo a 329 inmigrantes que trataban de cruzar a España.De España https://ift.tt/2Noxxmp
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