domingo, 27 de octubre de 2019

Los planes de Mireia Belmonte para brillar en Tokio

En julio, tras un gris Mundial de Gwangju, Fred Vergnoux admitía que la preparación de Mireia Belmonte había sido corta, aunque no buscaba excusas para un «decepcionante» resultado de solo dos finales. «Nuestra realidad es más grave que nunca», afirmó. Sin embargo, emplazaba al personal a confiar en su pupila. «Ella es más consciente que nadie de su situación. Y es como un animal herido», sugería. Y ahora Mireia ya tiene un plan. Un plan para reconstruirse con vistas a unos Juegos Olímpicos que por edad bien podrían ser los últimos. El 10 de noviembre cumple 29 años. Espera que en este calendario no entren en escena las lesiones. En 2018 estuvo ausente en los Mundiales de piscina corta de China por el tobillo y en los campeonatos de España y el Europeo de Glasgow por vértigos. No pudo saltar al agua en condiciones hasta enero y las marcas de Gwangju reflejaron esa falta de energía y fuerza de la que también aprendió. Como «buena» noticia, los tiempos no eran inalcanzables. De hecho, en su prueba fetiche, los 200 mariposa, la final se nadó en peores registros de los que tiene. Acostumbrados a que la preparación de la nadadora catalana conlleve una carga de trabajo casi sobrehumana y en la que se mezclan boxeo, carreras por la montaña, esquí o escalada, tampoco ya sorprende que su entrenador le haya advertido de que apenas va a tener cuatro o cinco días de vacaciones de aquí a la cita de Tokio. Tiene que revertir esa frase de que quien gana una medalla en los Mundiales también lo hace en los Juegos. Pero pocos deportistas con más orgullo y corazón que ella. Tiene como meta lograr las mínimas en diciembre, en el Open de Ámsterdam, y tener más tiempo para preparar la cita olímpica. Se foguea ya en la Liga Internacional, con los mejores nadadores del mundo, en una competición por equipos que le aportan volumen de trabajo y ritmo, en palabras de su entrenador. También le sirve para calibrar a las rivales y los números que podrían darse en Tokio, aunque todavía es pronto para que los nadadores estén en su mejor momento. Este fin de semana, en Budapest, fue tercera en los 400 estilos, tras Katinka Hosszu y Bailey Andison; cuarta en 400 libres, sexta en 200 mariposa y octava en 200 libres. Selección de competiciones Pendiente cada vez más de su cuerpo, se saltará el campeonato nacional absoluto en piscina corta de noviembre y continuará su hoja de ruta en tres lugares: el CAR de Sant Cugat, concentraciones en altura en Sierra Nevada, donde acudirá después de Budapest y hasta el 24 de noviembre, y viaje a Pretoria (Sudáfrica), el 27 de diciembre, antes de disfrutar de dos días libres. Un plan milimetrado y concienzudo como todos los que ha llevado en su carrera profesional y que, por el momento, tan buenos resultados le ha reportado. Como dice su entrenador, de aquí a los Juegos cada día importa. Las claves Liga internacional Los mejores nadadores del mundo han creado una liga para competir por equipos y en diferentes sedes. Este fin de semana, en Budapest, se estrenó Belmonte en cuatro pruebas: 400 estilos, donde logró la tercera plaza, 200 estilos, 400 libres y 200 libres. Una forma de coger fuerza, volumen de competición y ritmo. Sierra Nevada Las concentraciones en altura, donde aúna natación con esquí, son un fijo en su preparación. Tendrá diferentes a lo largo de estos nueve meses preolímpicos. La primera, esta misma semana y hasta el 24 de noviembre, por lo que no acudirá a los campeonatos de España que se celebran en Gijón del 14 al 17 del próximo mes. Mínimas En esta temporada, son tres las opciones para lograr las mínimas que den plaza para los Juegos: diciembre en Ámsterdam, abril en Sabadell y mayo en el Europeo de Budapest. Belmonte quiere atar #los billetes de todas sus pruebas en la primera convocatoria y tener más tiempo para preparar la cita de Tokio. Pretoria El 27 de diciembre viajará a Sudáfrica, más como una tradición que como una preparación en firme. Vivió la experiencia antes de Londres 2012 y Río 2016 y vio que la ayudaba, al menos de forma psicológica, pues logró sus cuatro medallas. Después tendrá solo dos de los cuatro días de vacaciones permitidos. Mañanas Mireia Belmonte tendrá que adaptarse a nadar por la mañana, el horario en el que se celebrarán las pruebas en Tokio y que suele ser más difícil para los nadadores, pues no se consigue el máximo potencial en las primeras horas del día. El Open de Sabadell se celebrará en ese horario para forzar la adaptación del equipo.

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