
Mientras se exhumaban los restos de Francisco Franco en España, los Reyes siguieron en Corea el programa de su visita de Estado, que a esas horas incluía un plan vanguardista y de futuro, pegado a la vida real. Don Felipe y Doña Letizia visitaron el mayor centro de I+D de este país asiático, que ha conseguido convertirse en una potencia tecnológica. Y es que el Rey está convencido de que la investigación y la innovación son pilares básicos para «lograr un crecimiento económico sostenido a largo plazo que permita a su vez la creación de empleo estable». Don Felipe y Doña Letizia recorrieron el LG Science Park, un complejo equivalente a 24 campos de fútbol en el que más de 22.000 ingenieros, científicos y desarrolladores diseñan el futuro. Inteligencia artificial Su objetivo es trabajar en los avances tecnológicos que permiten aplicar la inteligencia artificial a entornos domésticos y a ciudades. Tras asistir a una reunión informativa con los responsables de esta empresa, los Reyes recorrieron al centro y se subieron en un espectacular coche autónomo de color blanco, denominado Clover, pero no se les pudo fotografiar ni grabar en él porque el vehículo todavía no ha sido presentado al mercado. También contemplaron robots destinados a entornos profesionales, a hoteles y al hogar, neveras que hacen la compra y televisiones enrollables, entre otros sorprendentes inventos. Horas antes (de madrugada en España), Don Felipe mantuvo en Seúl un desayuno de trabajo con los representantes de las principales empresas coreanas y después inauguró un congreso empresarial. Al desayuno asistieron el presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Corea (Korcham), Yoongmaan Park; el presidente de la Cámara de Comercio de Incheon, Kangshin Lee; los presidentes de Hyundai, Young Woon-kong; de Korean Airlines, Won Tae-cho; de LG Corporation, Seungkwon Ahn, y de SK Lubricantes, Jun Kim, y el vicepresidente de Samsung Electronics. En el encuentro empresarial, al que asistieron más de 300 hombres de negocios, Don Felipe reconoció los «grandes logros económicos y sociales» alcanzados por Corea en las últimas décadas que le han permitido convertirse en una «potencia industrial y tecnológica» y llamó a «dar un renovado impulso» a las «ya excelentes» relaciones económicas y comerciales entre ambos países. Además, instó a España y Corea a seguir desarrollando proyectos de forma conjunta en terceros países y a cooperar ante la nueva revolución industrial. Con la colonia española Tras el encuentro económico, el Rey se desplazó a la Asamblea Nacional, donde se reunió con el presidente y los portavoces parlamentarios. La visita continuó en el Ayuntamiento, donde el alcalde, Park Won-soon, les nombró «ciudadanos honorarios» de Seúl. Al entregarles la distinción, Park bromeó y dijo a los Reyes que su condición de honorarios les exime de pagar el Metro y la entrada a los museos. Y Don Felipe respondió en el mismo tono: «Esperamos poder volver, pero nos comprometemos a no abusar de los privilegios que nos otorga esta concesión». El acto terminó con la interpretación de una fusión de «Entre dos aguas», compuesta por Paco de Lucía, con una pieza tradicional coreana, que tocó el mejor guitarrista coreano, Park Ju-won. Antes de emprender regreso anoche a Madrid, los Reyes recibieron a unos 25 hispanistas coreanos y ofrecieron una recepción a la reducida colonia española, pues no llegan al millar los residentes. El Rey les transmitió su admiración y respeto porque «viviendo tan lejos de nuestro país, seguís llevando en el corazón el amor a España».
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