miércoles, 2 de octubre de 2019

El fallo multiorgánico del Real Madrid

Caras serias. Autocrítica franca. «Mea culpa» general. Preocupación que Zidane y los capitanes debían convertir en confianza para salir de esta tesitura. El Brujas, un enemigo de medio pelo, se encontró con dos tantos de ventaja gracias a la anarquía del Real Madrid. Una dejadez para abordar un partido de Champions que varió absolutamente tras la charla cruda del descanso. Pero el entrenador también se equivocó de manera grave. Fue un fallo multiorgánico. Estos son los argumentos de un error generalizado. Bale y James debieron jugar Los dos se entrenaron ayer sin problema. Zidane manifiesta que les dio descanso ante el Brujas porque sentían molestias. Aunque estuvieran tocados, el técnico se equivocó al dar día libre a sus dos mejores futbolistas. Bale es uno de los pocos jugadores blancos que tiene gol y se le echó de menos cuando hacia falta eso, remate. James es un creador genial de últimos pases, la otra necesidad imperiosa que sentía el conjunto madridista frente al equipo belga, y estaba sentado en un palco. El entrenador falló al descartar a dos hombres importantes en un encuentro de Champions que exigía sumar tres puntos tras la derrota en París. Era prioritario el encuentro europeo antes que la visita del Granada. Expuesta esta verdad, también lo es que el once del Real Madrid debería ser suficiente para ganar. Los jugadores la transformaron en insuficiente. Un equipo sin concentración La racha de tres partidos sin recibir un gol, basada en una presión constante desde arriba y desde el primer minuto, se acabó cuando los hombres de Zidane olvidaron esa estrategia y volvieron a las andadas de salir al campo relajados, desconcentrados y sin disciplina defensiva. «Así no podemos seguir», expuso Zinedine después del fiasco frente al PSG. Sus jugadores vieron las orejas al lobo y se pusieron a defender de forma colectiva. El resultado fue la victoria en Sevilla, el 2-0 al Osasuna y el empate en el Wanda sin sufrir ni un gol en contra. Logrados dos triunfos y un punto aceptable, el equipo volvió a bajar los brazos. Le cuesta sacrificarse para defender. Zizou les ha explicado que en el fútbol actual no puedes vencer si no presionas para robar la pelota en cuanto no la tienes. «Con la calidad solo ya no vale». Le oyen, pero no le escuchan. Reaccionan cuando las cosas se ponen feas y en cuanto la cosa se tranquiliza regresan al fútbol fácil de atacar y que defiendan los de atrás, que son los que siempre pagan lo platos rotos, junto al guardameta. Courtois no debió jugar El guardameta estaba enfermo, con un virus estomacal, desde la mañana del partido y Zidane falló al dejarse convencer por Courtois para alinearle. El belga quería jugar a toda costa y el técnico no debió permitirlo. No es la primera vez que el cancerbero pide ser protagonista cuando no se encuentra en condiciones. En el descanso del encuentro frente al Brujas, pitado por el Bernabéu, el francés tuvo que cambiarlo, pues sufrió vómitos al subir al vestuario. Acabado el duelo, no podía conducir y fue trasladado a casa por un familiar. Los capitanes han cerrado filas para defender a su compañero ante críticas que consideran injustas. «Fallamos todos». Fallos de juveniles «Los goles del Brujas son de risa», dice Zidane. Ramos fue el primero que erró en el 0-1 al intentar hacer el fuera de juego en vez de vigilar al delantero que anotó con enorme suerte el 0-1. Y la flojera de Modric para perder el balón en el 0-2 es inadmisible a este nivel. Dos regalos de juveniles. Todo mal planificado Los asuetos concedidos a Bale y James se pagaron caro cuando llegaron las bajas obligadas de Nacho, roto, y Courtois, enfermo, sucesos que demostraron la falta de previsión de Zidane. Le restaba una sustitución por hacer y como no tenía un extremo rápido como el galés en el césped, tuvo que dilucidar si sacaba a Vinicius para romper por la banda o sacar un rematador como Jovic. Utilizó al brasileño, pero se quedó sin un ariete. La prueba es que los tantos los anotaron Ramos y Casemiro. Fallo total de planificación. Y Rodrygo, también en el palco, mirando Es la Champions, no se puede errar, y tampoco estaba convocado un buen fichaje de Florentino Pérez que costó 45 millones y ha enseñado sus virtudes. La esencia que Rodrygo demostró frente al Osasuna, maestro con el balón, era clave ante el Brujas. No se entiende que los hombres que mejor están y lo demuestran no jueguen los partidos fundamentales. No están las cosas para sostener derechos adquiridos de antigüedad. Deben jugar sencillamente los mejores.

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