«No nace la Constitución para proteger y acatar a la autoridad, sino que es la autoridad quien debe protegerla y acatarla». Con un discurso claro y contundente, en el que no faltaron advertencias al nuevo Tribunal Constitucional ante el desafío secesionista que se avecina, Pedro González-Trevijano se despidió ayer de la presidencia del órgano de garantías con una apasionada defensa de la Carta Magna y de lo que esta representa como marco de convivencia de los españoles desde la Transición. Durante la toma de posesión de los cuatro nuevos magistrados que desde ayer integran el Tribunal, tras la renovación del tercio que correspondía a Gobierno y Consejo General del Poder Judicial , el presidente saliente recordó que ningún poder del Estado está por encima de la Constitución y que no hay soberanías paralelas a la única que la norma suprema proclama: la soberanía nacional que reside en el pueblo español. Durante su discurso, y en presencia de una nutrida representación del del mundo político, judicial y académico, González-Trevijano reconoció que la Carta Magna ampara la «multiplicidad de visiones políticas, ideas y sensibilidades» en una sociedad «moderna, abierta y cambiante». Ahora bien, que la Constitución no imponga un modelo uniforme de vida política o de convivencia no significa que no haya un «límite infranqueable» que la jurisdicción constitucional ha de prevenir, y que se produce cuando se vulneran los principios democráticos, los derechos fundamentales y «no se satisface el marco de los procedimientos de reforma, pues el respeto a esos procedimientos es, siempre y en todo caso, inexcusable». Noticia Relacionada estandar Si Aviso de Trevijano al nuevo Constitucional progresista: «No podemos avalar mutaciones de la Carta Magna que resulten inconstitucionales» Nati Villanueva El presidente saliente del TC advierte de que «solo hay una soberanía nacional, la del pueblo español» En este sentido, recordó que « ni unos ni otros podemos arrogarnos un poder constituyente , ni podemos tampoco avalar mutaciones de la propia esencia de la Constitución que resulten inconstitucionales». Y es aquí donde el órgano de garantías tiene un papel esencial, dijo, también para controlar al Legislativo. Hacerlo, dijo, no significa que no se reconozca y respete el «muy amplio margen de configuración que le corresponde al legislador para dar curso a sus opciones políticas». Sobre el auditorio planeaba la crisis institucional abierta la última semana del pasado año con la decisión del TC de suspender la tramitación de las enmiendas con las que PSOE y Unidas Podemos pretendían reformar por la puerta de atrás cuestiones que afectaban al CGPJ y al propio Tribunal Constitucional. También las acusaciones de «golpistas» a la mayoría que consideró que había que parar el atropello y que no cabía reformar dos leyes orgánicas (la del Poder Judicial y la del TC) vía enmienda. Recuerda que en el marco de la Constitución caben múltiples visiones y opiniones, pero hay «límites infranqueables» Insistió en este sentido Trevijano en que el cometido del Tribunal no es el de examinar cuestiones políticas , sino pretensiones jurídicas, «aunque en el proceso latan contenciosos de hondo calado político». Y es la primacía incondicional de la Carta Magna la que «requiere que toda decisión del poder quede, sin excepción, sujeta a la Constitución», sin que puedan existir espacios libres o ámbitos de inmunidad frente a ella. En lo que se interpretó como una alusión directa a los independentistas, el presidente saliente señaló que «ante la Carta Magna no son oponibles soberanías populares que dicen emanar, sin intermediación alguna, del supuesto mandato directo de un colectivo o de una colectividad. En España solo hay una soberanía, la soberanía nacional , la del pueblo español, expresada solemnemente el 6 de diciembre de 1978». González-Trevijano recordó que en los últimos años el Tribunal Constitucional ha tomado importantes decisiones que han afectado a la estructura del Estado, a los derechos de las minorías, a la suspensión de la autonomía de una Comunidad (el 155) o a la constitucionalidad de ciertos estados de excepcionalidad (en referencia al estado de alarma). En todos los casos, dijo, se ha actuado con una lealtad constitucional que pidió para la etapa que empieza ahora el nuevo TC. Insta al Senado a que renueve la plaza de Montoya, vacante desde el verano, «a la mayor brevedad posible» «No convirtamos los consensos y mayorías cualificadas previstas constitucionalmente en automáticos regímenes de cuotas o en un indefinido impasse. Tampoco difuminemos los pesos y contrapesos de nuestra Ley Fundamental, ni apresuremos reformas que incidan sin consenso en el originario pacto constitucional, ni desdibujemos la autonomía de unos órganos constitucionales frente a otros . De lo contrario, sin supremacía de la Constitución, ni imperio de la ley, sin un adecuado funcionamiento de los órganos constitucionales, esto es, sin sujeción real y cumplimiento responsable por parte de los poderes públicos de nuestra norma superior, del ordenamiento jurídico y de las decisiones del Tribunal, no habrá democracia, ni libertad, ni Constitución», advirtió. En presencia del ministro Bolaños y de los presidentes del Congreso y del Senado, Meritxell Batet y Ander Gil respectivamente, González-Trevijano n o dejó pasar la oportunidad de instar a la renovación en tiempo de las instituciones y recordó que el TC todavía tiene pendiente la plaza del magistrado Alfredo Montoya, quien renunció el verano pasado por motivos de salud. «Me veo en la obligación de recordar que el Tribunal Constitucional permanece incompleto», dijo, e instó a los operadores políticos (en este caso, a la Cámara Alta) a que procedan a cubrir esa vacante «a la mayor brevedad posible». «El exhorto que realizo parte de una exigencia constitucional, que prescribe una composición completa y equilibrada del Colegio de Magistrados entre ponderadas sensibilidades diferentes, tal y como siempre ha sido el caso». Pleno para elegir presidente Constituido el nuevo tribunal con Juan Carlos Campo , Laura Díez, César Tolosa y María Luisa Segoviano , el TC, por primera vez en una década de mayoría progresista, abordará en un pleno previsto para mañana la presidencia del órgano, que ayer abandonaron, en sendos decretos de cese, el propio Trevijano, Antonio Narváez, Santiago Martínez-Vares y Juan Antonio Xiol. Al cierre de esta edición, y como ya informó ABC, se seguían disputando la presidencia los magistrados Cándido Conde-Pumpido y María Luisa Balaguer. En esta carrera a la presidencia el voto de la también progresista María Luisa Segoviano podría inclinar la balanza a favor de uno u otro candidato. El ex fiscal general cuenta con el aval de los progresistas; Balaguer, también progresista, con el apoyo mayoritario del bloque conservador.
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