sábado, 21 de enero de 2023

Una aplicación policial evaluará el nivel de riesgo de las desapariciones

¿Toma medicación? ¿Se ha fugado antes? ¿Sufre alguna discapacidad? ¿Es víctima de violencia de género? Estos son algunos de los ítems tipo que recoge la nueva aplicación policial para ayudar a los agentes a evaluar el riesgo de una desaparición y tomar decisiones rápidas . Consta de unos sesenta puntos que se responden con un sí o un no. La herramienta predictiva se basa en el análisis de más de 2.000 atestados y las pruebas realizadas han dado un 85 por ciento de acierto teórico. «Ya se ha utilizado en un caso concreto y el resultado ha sido positivo», explica Marcial Bravo, jefe de servicio del Centro Nacional de Desaparecidos (CNDES), el número 2 de este organismo dependiente de Interior en el que están destinados policías nacionales de la escala ejecutiva y oficiales de la Guardia Civil. Bravo recalca que esta 'check list' no sustituye al investigador, sino que le asiste a la hora de determinar el escenario más probable, el posible desenlace y qué medidas rápidas se han de adoptar. Un ejemplo. Un anciano con una enfermedad degenerativa que toma medicación y se ha perdido. La herramienta concluirá que hay riesgo para su vida y, por tanto, se deben activar de inmediato los dispositivos de búsqueda. Algo similar a la plataforma Viogen (para violencia de género) en cuanto a testar riesgos pero sin que en el caso de los desaparecidos implique adoptar sistemas de protección. Los desaparecidos, en cifras (2021) 5.411 Número de denuncias que seguían activas a finales de 2021. Ese año se denunciaron 22.285 casos, que corresponden a 14.777 personas (por los reincidentes). El 66% eran menores La herramienta está incluida en el I Plan estratégico en materia de personas desaparecidas (2022-2024), aprobado en marzo del año pasado, con un presupuesto de 2.259.000 euros . Engloba cuatro grandes líneas de actuación con 93 medidas y casi la mitad del dinero se destina a desarrollar tecnología para resolver desapariciones. Cuando se denuncia una desaparición en una comisaría o un cuartel ya se recogen una serie de datos básicos y obligatorios que aparecen en un protocolo del CNDES de 2019. Algunas de esas preguntas se replican de forma mucho más concreta en la aplicación. ¿Tiene adicciones? ¿Es reincidente? ¿Llevaba efectos personales?... 103 Desapariciones forzosas, hubo además 733 involuntarias y casi 20.000 voluntarias (el 87%). Otras 2.013 estaban sin catalogar. Esta herramienta predictiva se une al mencionado protocolo y a la red nacional de responsables policiales ante casos de desapariciones: uno por Cuerpo y provincia, incluidas las tres policías autonómicas. Se está trabajando también con agentes locales para que colaboren activamente en las búsquedas, sobre todo aquellas que tengan competencias de policía judicial aunque sea a bajo nivel. «Hacen identificaciones, controles, alcoholemias... todos esos datos tenemos que aprovecharlos», explica Bravo. El agente de enlace El objetivo más ambicioso es que todos los Cuerpos trabajen de la misma forma y beneficiarse de lo que cada uno hace mejor. La Policía Foral de Navarra, por ejemplo, es experta en búsqueda en grandes superficies, de ahí que pueda instruir al resto. «La relación entre todos es exquisita porque es un problema humanitario, aquí no hay enfrentamientos», dice el mando. 117 Cadáveres identificados durante 2021 gracias a los nuevos sistemas de revisión; muchos correspondían a hallazgos de años anteriores. En 2021 se encontraron 226 cuerpos, la mayoría en zonas de costa. En el centro de todo el engranaje está el sufrimiento de las familias, el «luto emocional» que viven y al que se intenta dar respuesta después de años de semiabandono. En esa línea apuntan muchas de las acciones. Ahora, el CNDES además de contar con una policía (una inspectora) de atención a las familias trabaja en una figura clave: un responsable policial que esté en permanente contacto desde el primer momento con esas familias y que sea distinto al investigador: el agente enlace, el que desciende al barro. En breve, cuando un allegado denuncie una desaparición se le entregará una carta informativa con los recursos disponibles (similar al ofrecimiento de acciones a las víctimas): derecho a asistencia psicológica, ayudas si se quedan desprotegidas económicamente, consentimiento para el uso de la huella digital... La llamada carta a las familias será un documento vivo y actualizado. En el Centro Nacional son conscientes de la devastación que provocan las desapariciones y el hundimiento cuando se alargan en el tiempo. Para dar respuesta se está creando un grupo técnico destinado a esos casos de larga duración. «No se prestaba la atención que se debía», admite el jefe de servicio. «Las familias tienen que saber que ningún caso se queda en el cajón, que su policía no se ha olvidado de ellos».

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