lunes, 23 de enero de 2023

Laporta rebajó las exigencias del pliego de condiciones justo antes de adjudicar la reforma del Camp Nou

Como explicó ABC el pasado 10 de enero , que el presidente del Barcelona, Joan Laporta, optara por unos turcos sin experiencia para la construcción de grandes estadios, y pusiera de supervisores a los desconocidos y anónimos Ingeniería Torrella, disparó todas las alarmas. Ayer 'El Confidencial' documentó que Laporta se saltó las normas que el Barça había fijado en 2017 para adjudicar las obras del nuevo estadio, y que la empresa turca Limak no cumple. Una de ellas es la de no haber construido un estadio para más de 40.000 personas en la última década. El único estadio que Limak construyó fue en 2013, en Turquía, con capacidad para 25.000 personas. También el propio club advertía, como motivo de no calificación, «aquellas empresas que no presenten dos referencias de edificios construídos en España en los últimos diez años». Limak no ha construido nunca un edificio en España. Como señala el citado medio, «no es que Limak no pudiera ganar el concurso, es que no podía ni presentarse». En un comunicado publicado a primera hora de la tarde de ayer, el club negaba las acusaciones explicando que el pasado mes de septiembre rebajó las exigencias del pliego, eliminando precisamente las que impedían el concurso de Limak. Ni en el informe de 'compliance' que aparece en la página web del Barcelona, ni en ningún otro documento oficial que se haya hecho público, consta que se cambiaran las condiciones de pre-cualificación, tal como asegura el comunicado, de modo que lo razonable es pensar que continuaban en pie las inicialmente aprobadas. Las obras del Camp Nou ABC Además de tan notoria contradicción, es insólito y alimenta toda clase de sospechas que una entidad rebaje y no aumente las garantías que exige a sus proveedores. Como consecuencia de esta adjudicación, el responsable directivo del Espai Barça, Jordi Llauradó, dejó su cargo como cabeza visible del proyecto de remodelación del Camp Nou. El empresario no hizo declaraciones públicas, pero explicó a sus personas de confianza que «son una burla» las condiciones de la 'join venture' que el presidente del club ha propiciado entre Limak (90%) y la constructora española Vopi 4 (10%). Una burla en el sentido de que pervierten la obligación -añadida a las ya referidas- de que haya por lo menos un socio local, y no meramente decorativo, en la obra. Noticia Relacionada estandar No Trasladan a Dani Alves a otra cárcel para «garantizar su seguridad»: evitará las duchas compartidas Elena Burés El futbolista ingresó el viernes en el penal de Brians 1, después de pasar a disposición del Juzgado de Instrucción 15 de Barcelona Descartada la experiencia de la Limak en la construcción de grandes estadios, el club señaló como los dos argumentos que finalmente decantaron la adjudicación el hecho de que la compañía turca se compromete a entregar la obra en un plazo concreto (en octubre de 2024 el Barça ha de poder volver al Camp Nou y las obras tienen que estar totalmente terminadas, con un aforo de 105.000 asientos y las gradas cubiertas, en 2026) y por un valor no superior a los 950 millones de euros. Teniendo en cuenta que el club no dispone aún de los permisos y que la guerra de Ucrania encarece dramáticamente los costes de la construcción, si Limak no llega a tiempo o se le dispara el presupuesto -ambas cosas tienen altas probabilidades de suceder-, todo el mundo puede imaginarse el tipo de materiales a los que puede recurrir y los rellenos de emergencia que puede acabar haciendo para acabar más rápido y reducir los gastos. El Ayuntamiento A la espera de comprobar la veracidad o validez de las alegaciones del Barcelona , y de escuchar la versión de las empresas afectadas, queda en el aire si la adjudicación es impugnable desde el punto de vista legal. Aunque de modo indirecto, y sin dejar rastro, era evidente que FCC, Acciona y Ferrovial, las grandes constructoras españolas que se presentaron al concurso y fueron burladas, no iban a quedarse de brazos cruzados. Las bases originales del concurso no han llegado de casualidad a los medios de comunicación, aunque de momento es poco probable que las constructoras presenten queja o denuncia, por no cerrarse la puerta ante una segunda ronda de adjudicación de obra para completar el Espai Barça. Aunque se trata de procedimientos distintos, ante otra sospecha de irregularidad añadida a las muchas que ya existían, el Ayuntamiento de Ada Colau, ya de por sí reacio a las grandes infraestructuras, podría negar el permiso de obras, que a estas alturas todavía no ha sido concedido.

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