lunes, 2 de enero de 2023

Samu Gomis, de los invernaderos de Roquetas a rival del Madrid en La Copa

Año 1985. Emmanuel Gomis, un joven senegalés de solo 25 años, abandona su país con destino a Francia. Allí pasa un tiempo trabajando en la construcción, sin papeles, en busca de una vida que le hubiera sido imposible encontrar en su país junto a su mujer, Catherine. Ese fue el mismo motivo que le llevó desde la nación gala hasta España. En concreto, a Roquetas de Mar . Allí continuó su valiente travesía trabajando en los invernaderos almerienses a la par que buscaba la legalidad necesaria para traer a su familia, algo que sucedería en 1994, nueve años después de dejar atrás el continente africano. Hace 28 años, Emmanuel logró los papeles necesarios para poder reunirse de nuevo junto a su esposa y sus dos primeros hijos, uno de ellos Samu Gomis , que por entonces solo tenía un año y hoy es futbolista del Cacereño, modesto equipo de Segunda RFEF que se mide al Madrid esta noche (21.00 horas) en los dieciseisavos de la Copa. «Él siempre peleó por darle lo mejor a nuestra familia. Cada vez que lo pienso me considero una persona con suerte. Podían ser otros los que ocuparan nuestro lugar. Hemos sido muy afortunados y se lo debemos a nuestro padre. En Senegal hubiera sido muy complicado tener la vida que tenemos en España», explica a ABC el lateral izquierdo del Cacereño , a la vez que lamenta el ictus que sufrió su progenitor hace doce años, cuando solo tenía 50, que le dejó importantes secuelas. Una vez instalados en España, Emmanuel y Catherine trajeron al mundo otros dos hijos, también varones, dando forma a una familia de seis que se instaló en el barrio de La Molina , dónde siguen casi treinta años después. «Aquí tenemos nuestra vida y somos felices. Es verdad que jamás he vuelto a ir a Senegal y no me acuerdo de nada de allí, por lo que me gustaría poder volver a visitarlo, pero de momento no se han dado las circunstancias para que sea posible», reflexiona el defensa. Gomis, durante la eliminatoria contra el Girona, en la que eliminaron al equipo catalán Gomis comenzó a jugar al fútbol con solo seis años, en la escuela municipal de fútbol de Roquetas, una de las más populares de la costera localidad almeriense. Una vez en edad juvenil, con 16 años, se marchó al Club Deportivo Ciudad de Vícar , a 20 kilómetros de Roquetas, a donde volvió con 18 años. De ahí al Club Polideportivo Ejido y al Motril, equipos en los que jugó entre 2015 y 2020 y que en esos momentos militaban en Tercera. No tenían mucho presupuesto, lo que le obligó a compaginar el fútbol con un trabajo. «En esos dos clubes no ganaba más de 600-700 euros y solía entrenar por las tardes, así que lo complementaba con otros 700-800 euros que me daban trabajando por las mañanas en un invernadero de Roquetas». Su padre y su madre, que también trabajó muchos años en distintos almacenes de hortalizas, verduras y frutas de aquella zona tan repleta de invernaderos, le inculcaron unos valores intachables, también en lo formativo. El sueño de Gomis siempre fue ser futbolista, y a sus 29 años se muestra orgulloso de ello, pero también tiene en su mochila un ciclo formativo profesional de Farmacia con el que poder seguir ganándose la vida cuando la pelota ya no ruede en su día a día. «Cuando deje el fútbol hay que seguir viviendo y creo que esa será una buena salida». De momento, sigue disfrutando del verde y del mejor momento de su carrera. En 2020 fichó por el Toledo y el pasado verano por el Cacereño, los dos equipos en los más protagonismo ha tenido y mayor recompensa económica ha obtenido. «En nuestro club los sueldos rondan los 1.500-2.000 euros, dependiendo de si se incluye o no el alquiler de la vivienda», cuenta Carlos Ordóñez, presidente del Cacereño. «No me hago rico, pero aquí el fútbol sí que me da para vivir de ello y tener una rutina más profesional», dice Gomis. El futbolista africano tiene la curiosa coincidencia que juega en la misma posición que Mendy, el lateral izquierdo del Madrid, con quién también comparte apellido, motivo de ciertas bromas en el vestuario. «Me dicen que mi pierna derecha es peor que la suya. Ya sabes, tonterías de compañeros para echarnos unas risas». Con lo que no hacen guasa es con el partido de esta noche: «Es evidente que estar ahí ya es un premio, pero nosotros vamos a competirle al Madrid y ya veremos...». Día histórico en Cáceres La expectación es gigante en Cáceres, donde se ha duplicado el aforo del Príncipe Felipe gracias a varias gradas supletorias -de 7.000 se ha pasado a 14.000 espectadores- en la que será la primera visita de la historia del Real Madrid . La cima del Cacereño está en la temporada 1958-59, en la que que jugó por primera y única vez en Segunda división, lo que hace del partido de esta noche un evento muy especial. «Desde Roquetas hay seis horas en coche y van a venir unos cuantos llenos de amigos y familiares para ver el partido. Ahí te das cuenta de la relevancia de este partido para el Cacereño y para la ciudad». A la localidad extremeña no irán Modric, Kroos, Mendy, Alaba, Benzema ni Vinicius , a los que Ancelotti dará descanso. El brasileño está sufriendo lamentables ataques racistas esta temporada, como le sucedió el viernes en Valladolid, una triste situación que el propio Gomis conoce de primera mano. «Yo también he sufrido ataques racistas en algunos campos e incluso en algún partido el árbitro tuvo que pedir al delegado del equipo local que dijera por megafonía que pararan los insultos. Tengo la suerte de conocer a muchos españoles y no es el reflejo de la sociedad, pero también es verdad que hay gente que va al fútbol y se siente con el derecho a decir lo que sea. Hasta el punto de insultar a un jugador rival por ser negro cuando en su propio equipo también tiene jugadores negros. La gente no es libre de decir todo lo que quiera en un campo», sentencia Gomis.

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