jueves, 3 de marzo de 2022

Madrid duplicará sus humedales, y ya estudia más de cien nuevos

Las zonas pantanosas, encharcadas o con aguas rasas que se reparten por la región albergan, en muchas ocasiones, una riqueza natural y una biodiversidad desbordante. Son espacios de gran valor paisajístico y un refugio de fauna y botánica, pero a la vez su equilibrio es delicado y requiere de constante cuidado y atención. El actual catálogo de humedales de la región, que recoge 23 de estos espacios, está en periodo de revisión. Los responsables de la Consejería de Medio Ambiente quieren duplicar su número: ya han localizado más de 500 zonas húmedas, y preseleccionado un centenar para ver cuáles deben incluirse en la lista. Es un plan a largo plazo: a 10 años vista. Comenzó a funcionar en 2020, y cuenta con un presupuesto de 11 millones de euros. Se centra en la protección de estos espacios húmedos, turberas o aguas rasas permanentes o temporales, hasta las que llegan, con periodicidad casi matemática, especies como avetorrillos, ánsares, aguiluchos, milanos, pato colorado, zampullínes o grazas imperiales, cernícalos primillas y cigueñas negras. Controlar los usos En los humedales protegidos de Madrid se dan ecosistemas muy valiosos y de gran riqueza natural. Presentan una enorme singularidad botánica y geológica, y tienen enorme interés científico. Pero también son un foco de atracción para el uso recreativo, lo que obliga a las autoridades a tomar medidas para evitar que un exceso de visitas o malas prácticas de las mismas pongan en peligro a reptiles, anfibios o aves. Según explica a ABC la consejera de Medio Ambiente, Paloma Martín, «estos espacios protegidos suponen una enorme riqueza de biodiversidad en cuanto a la variedad de flora y fauna que integran». Pero a la vez, son ecosistemas muy sensibles y vulnerables, como demuestra el hecho de que en los últimos 35 años hayan desaparecido más del 50 por ciento de los humedales en todo el mundo. Para protegerlos, la Comunidad de Madrid «impulsa un Plan de Actuación de Humedales que quiere garantizar e incrementar la conservación de los 23 enclaves catalogados de la región y duplicar su número», señala Martín. Los humedales, recuerdan, son esenciales en el ciclo del agua, y contribuyen al secuestro de carbono: absorben el que está presente en la atmósfera y lo incorporan a través de la fotosíntesis a su estructura. También son útiles para la depuración de las aguas, explican los técnicos de Medio Ambiente. Todos ellos son motivos para acometer acciones que los preserven y protejan. Cuando los responsables de la Consejería de Medio Ambiente comenzaron a elaborar el Plan de Actuación sobre Humedales Catalogados en la Comunidad de Madrid, vieron que existía una enorme demanda para que se pusieran en valor y se protegieran muchas zonas de humedales que estaban fuera del catálogo oficial. Se puso en marcha un inventario de las zonas húmedas existentes en la región. Y de este modo, se localizaron e identificaron 571 zonas nuevas, de distinto valor y con diferente grado de conservación. De ellas, se han preseleccionado cien para elegir las que se sumarán al Catálogo regional. Se establecerán unos objetivos de conservación generales y otros específicos para cada una. El Plan ha acometido ya acciones en la Laguna de San Juan (Chinchón) –donde se ha recuperado el vaso, en riesgo de desaparecer por los sedimentos que lo colmataban– y las de El Sotillo y Picón de los Conejos (Velilla de San Antonio): ahí se han demolido infraestructuras en desuso de una antigua explotación minera, y se ha adecuado una caseta para acoger a murciélagos y aves. Otros siete humedales catalogados están actualmente en proceso de mejora: están en Arganda del Rey, Velilla de San Antonio, Getafe, El Escorial y Zarzalejo, Valdemanco, Hoyo de Manzanares, Getafe y Aranjuez. Por lo que toca a los humedales del Macizo de Peñalara, únicos en la región, presentan un buen estado de conservación, pese a la amenaza del exceso de público en la zona o la presión que ejerce la numerosísima población de cabra montés. Estos factores se vigilan y controlan, y también se han tomado medidas, explican en Medio Ambiente, para eliminar una enfermedad fúngica (quitridiomicosis), descubierta en 1997, que se puede considerar actualmente como controlada.

De España https://ift.tt/1nYtjNy

Related Posts:

0 comentarios:

Publicar un comentario