jueves, 31 de marzo de 2022

La ‘llama eterna’ del pebetero Covid se apaga por escasez de hormigón

Unas barreras de plástico rojo y blanco separan el tráfico rodado de la calle de Alcalá de los laterales para peatones, en obras. En el punto más cercano a Cibeles, con la confluencia del Banco de España, se abre una isleta de tierra y pequeñas piedras que acumula tubos, cableado y algún que otro ladrillo. Los obreros transitan la zona, mueven carretillas y realizan mediciones. La imagen dista mucho de la que el Ayuntamiento de Madrid ofreció hace 22 meses cuando, coincidiendo con la festividad de San Isidro –patrón de Madrid–, el alcalde y la vicealcaldesa se vistieron de largo para inaugurar un monumento a las víctimas del coronavirus: un pebetero con ‘llama eterna’ que prometía tener a los fallecidos siempre en la memoria. Nada queda de esa ‘llama eterna’, apagada hace meses tras sufrir varios actos vandálicos y averías, y tampoco hay rastro del pebetero en el enclave elegido para ubicarlo, con la Diosa y el consistorio al fondo, que ahora es un pequeño barrizal. El Área de Obras y Equipamientos se comprometió a arreglar el monumento, y comenzó los trabajos en febrero, con el objetivo de que la llama volviese a prender a finales de marzo, tal y como informó este diario. La fecha ha vencido y los inconvenientes parece que se han unido para impedir que la pieza de acero negro regrese a su enclave. Según han explicado fuentes del área, la colocación «se está retrasando por problemas en la llegada de materiales, principalmente de hormigón, que es imprescindible para acometer los trabajos». Almeida y Vlillacís, el día de la inauguración - JAIME GARCÍA Esas obras consisten en adaptar la isleta en la que se sitúa el pebetero a una nueva mediana, renovando todo el bordillo perimetral y recuperando el césped que lo rodeaba. Asimismo, también debe ser restaurada la acometida que lleva el gas propano a esa ‘llama eterna’ que debería haber funcionado, según los planes iniciales del ayuntamiento, las 24 horas del día. De momento, no hay fecha prevista para una segunda inauguración. «Estamos a la espera de ver cómo evoluciona la situación. No podemos asegurar fechas pero, aunque la obra no se ha llegado a parar, esperamos poder ir recuperando el ritmo de los trabajos estas próximas semanas», aseguran a ABC las fuentes de Obras y Equipamientos consultadas. Error de cálculo El monumento se inauguró en el peor momento de la pandemia, dos meses después de que el coronavirus encerrase a los ciudadanos en sus hogares y cuando la cifra de fallecidos ascendía a las 27.000 personas. El 15 de mayo de 2020 fue el día elegido para descubrir la pieza circular de casi dos metros de diámetro colocada sobre un prisma inferior y con una placa en la que podía leerse «Vuestra llama nunca se apagará en nuestro corazón. En homenaje a los fallecidos durante la pandemia del Covid-19». Dos días después, la llama dejó de funcionar por mal error en el cálculo del propano que consumía, tal y como avanzó El Confidencial, y un mes después se realizó la primera reforma para que no se volviese a apagar. En agosto sufrió el primer acto vandálico y, cuatro meses después, llegó el más complicado, que destrozó el sistema de gas. A partir de ese momento se inició la degradación: las malas hierbas comenzaron a crecer a su alrededor, se valló, los ramos de flores se secaron y no volvió esa ‘llama eterna’ prometida en recuerdo a aquellos que ya no podrán volver a pasear por las calles de Madrid.

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