jueves, 24 de marzo de 2022

Tommy Robredo pone fin a su carrera

Para cualquier deportista, poder elegir el momento del adiós es casi un privilegio. Lo disfruta Tommy Robredo, que anunció este jueves que su último torneo será el Conde de Godó, en su casa, con su gente, en la pista. Un final de etapa prolongado hasta casi los cuarenta años, con doce títulos de la ATP, cuatro veces cuartofinalista en Roland Garros (2003, 2007, 2009 y 2013), también en US Open 2013 y el Abierto de Australia 2007 y un quinto puesto mundial en 2006 como parte de su valía, pues no solo de trofeos vive la carrera de un tenista. La de Robredo, cuyo nombre fue elección de su padre, seguidor del grupo 'The Who', es también la trayectoria de la perseverancia en un deporte que comenzó, precisamente en Barcelona, en 1998 de forma profesional, después de destacar en la categoría júnior: campeón de la Orange Bowl con 16 años, finalista de Roland Garros en 2000, y que lo ha llevado por todo el mundo para acumular un botín de 890 partidos ATP, el Masters 1.000 de Hamburgo (2006), y tres Copas Davis (2004, en la que jugó la final, 2008 y 2009). Ha disfrutado de la mejor época del tenis, de tú a tú con los tres grandes: rivalizó con Nadal en siete ocasiones, entre las que se incluye la final del Godó de 2006; doce con Roger Federer, a quien le robó una victoria en octavos de final del US Open de 2013 (7-6 (3), 6-3 y 6-4); y dos veces venció a Novak Djokovic en sus nueve citas (octavos del Masters 1.000 de París en 2005 y octavos de Cincinnati en 2014). Muestras de que su tenis, una derecha letal y un revés a una mano impecable, supo adaptarse a diversas épocas. Se mantuvo entre los treinta primeros del mundo durante once temporadas. Y con un tenis aguerrido que también le otorga otros 'títulos': primer jugador de la Era Open en remontar tres partidos consecutivos con dos sets abajo y tercer jugador con mejor porcentaje en partidos a cinco sets (80%). Cerrar el círculo Es verdad que los rivales encontraron la llave para atacar sus mejores golpes, pero no su actitud ni su pasión por continuar recorriendo el mundo raquetero en ristre. «Si he podido seguir jugando es porque me gusta mucho el tenis y no me cuesta despertarme por la mañana e ir a entrenar. Hasta la pandemia lo hice al cien por cien». Aunque las derrotas lo llevaran hasta el puesto 343 actual, aceptó un papel más secundario en los últimos años, en los que compaginó las rondas previas de los grandes torneos con el circuito 'challenger': dos títulos sumó en 2019 (Polonia e Italia). «Aquí empecé mis sueños y aquí pude ganar el título, posiblemente el más importante de mi carrera. La pandemia lo ha retrasado un año, pero quería despedirme en mi casa, con mi gente, mi familia, la afición. Hacerlo en una pista sin público era algo que no quería», concedió el de Hostalric a pie de pista, en el Real Club de Tenis Barcelona, acompañado en la rueda de prensa por el director del torneo y compañero suyo, David Ferrer. Es, por tanto, una decisión meditada. Y a la familia, con su hija Alexia, nacida en marzo de 2021, se dedicará ahora, pero no descarta seguir vinculado al tenis, pues ya su fundación acerca el tenis a las personas con discapacidad. «Seguro que seguiré haciendo algo ligado con el tenis», corroboró. Robredo dice adiós; su tenis y su perseverancia, ejemplo para siempre.

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