Y de castigo, Estados Unidos

No fue un buen domingo para la selección en Tokio, golpeada por partida doble en el Saitama Super Arena. Cedió primero ante la Eslovenia de Doncic, en el encuentro que cerraba la primera fase, y esa derrota le condenó a un sorteo cruel de cuartos de final, en el que Estados Unidos aparecía como rival más probable. No fallaron esta vez las matemáticas y la mano inocente confirmó el duelo para España, que se medirá con el Dream Team por un sitio en semifinales esta madrugada (6.40 horas) sin apenas descanso. A falta de energías, terminó fundida ayer la selección, Scariolo tendrá que tirar de motivación para preparar un choque durísimo. El segundo en menos de 48 horas. Nunca le ha ganado España a Estados Unidos en un gran torneo y por ahí pueden llegar las fuerzas. Un reto a la altura de la leyenda de este equipo. «Hemos estado muchas veces cerca de ganarles, sobre todo en finales, así que solo nos queda dar un pasito más y tenemos una nueva oportunidad para conseguirlo. ¿Por qué no dar el último salto?». Las palabras de Jorge Garbajosa, recién aterrizado en Tokio, buscaban levantar el ánimo de un vestuario alicaído. Había escocido la derrota ante Eslovenia en un encuentro que España llegó a dominar por doce puntos mediado el tercer cuarto y que terminó perdiendo por su inoperancia en los instantes finales. No le hizo falta a Eslovenia que Doncic sacara la capa de superhéroe, pues le bastó con la complicidad de sus compañeros para mantenerse invicto con la camiseta de su país. 16 de 16 y subiendo. El base dejó de ser un problema para España con el bocinazo final, pues bastante tienen Scariolo y los suyos con preocuparse por el panorama que se les abrió por delante con el sorteo. El nuevo formato olímpico ideado por la FIBA escondía un sistema retorcido que podía convertir una buena primera fase en un problema. Así ha sido para la selección, a la que un final ajustado del que no salió victoriosa le ha castigado con excesiva dureza. La cara de Garbajosa, presente en las entrañas del pabellón donde se celebró el sorteo, era un poema. Trataba de disipar luego con sus palabras lo que era una decepción mayúscula, pues toca un milagro para mantener la racha de tres citas olímpicas consecutivas en el podio. Hay que ganar a Estados Unidos, el límite hasta ahora de este equipo histórico que ha ganado dos Mundiales, pero que nunca ha podido sonreír frente al Dream Team. Lo tuvo cerca en Londres 2012, quizá el único día que los americanos temieron perder su hegemonía olímpica. «El martes es un día grande y los jugadores van a estar preparados. Son unos cuartos de final de unos Juegos, contra un rival supermotivante y la adrenalina podrá más que el cansancio. Vamos a afrontarlo con toda la ambición y todas las ganas del mundo, sabiendo que el rival es muy complicado, pero el reto merece un esfuerzo gigante y estoy convencido de que los jugadores de este equipo lo van a hacer», apuntó el dirigente, que sabe bien de lo que habla, pues él mismo intentó esa machada en la final olímpica de 2008. Entonces, España cayó frente a sus límites, pero esta vez tiene enfrente a un equipo vulnerable. Lo era, al menos, hasta el inicio del torneo, cuando cedió por primera vez en los Juegos desde que los NBA pueden disputarlos. Esa derrota ante Francia marca el camino ahora para la selección, que tendrá un día menos de descanso, pero que quiere hacer historia en Tokio. También la selección femenina, que tras completar su pleno de victorias en la primera fase espera hoy rival para cuartos. Será más sencillo para ellas, que ya sueñan con las medallas tras haber exhibido un nivel muy alto en todos sus encuentros.

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