Agosto no es solo el mes por antonomasia para disfrutar de las vacaciones. También es la época en la que más robos con fuerza se producen en domicilios, deshabitados durante días o semanas y convertidos en el principal objetivo de los cacos. Para asegurarse de que las casas están vacías, los amigos de lo ajeno manejan todo un catálogo de pruebas, desde las más recurrentes, como colocar finas láminas de plástico entre la puerta y el marco, hasta dejar monedas de un céntimo o garbanzos en el felpudo a fin de comprobar si los residentes los han recogido o, por el contrario, ninguna persona ha entrado en los últimos días a la casa señalada. Algunas de estas estratagemas son las que se han encontrado en varios inmuebles del barrio de La Concepción (distrito de Ciudad Lineal ). En un portal de la avenida Donostiarra, los vecinos se toparon con siete pisos marcados con testigos dispuestos por el lado de las bisagras. A solo unas calles, otros residentes descubrieron días atrás pequeños hilos de pegamento en la parte baja de las puertas. Por suerte, la comunidad retiró los cebos de todos los afectados, dada la imposibilidad de aquellos que se encontraban actualmente de viaje. Pero la alerta vecinal no siempre llega a tiempo. En la cercana calle de César González Ruano, al menos dos viviendas han sido desvalijadas; y en la de Torrelaguna, tres. El problema, no obstante, es extensivo a toda la Comunidad de Madrid, la más afectada junto a Cataluña. Fuentes policiales subrayan a ABC la importancia de instalar cerraduras ‘antibumping’ y antitaladro al quedar constatado que la mayoría de estos grupos prefieren evitar complicaciones y no perder más tiempo del necesario en abordar las entradas. Entre los métodos empleados para irrumpir en los domicilios destaca también el del ‘escalo’, consistente en trepar por las fachadas para alcanzar terrazas o ventanas. Precisamente, la Policía Nacional arrestó en julio a tres sujetos por robar en cuatro casas de la zona norte de la capital. Los agentes lograron recuperar más de 80.000 euros en efectivo y valiosos objetos como relojes, joyas y bolsos por un valor superior a 150.000 euros. Para evitar ser víctimas de esta acción, los expertos inciden en la necesidad de cerrar bien las ventanas y las puertas de los balcones, «de la misma forma que cerramos la puerta de la calle». Esta última investigación se inició en los primeros meses del año, después de denunciarse una serie de robos en inmuebles de una zona de alto poder adquisitivo de Alcobendas. Avanzadas las pesquisas, los funcionarios comprobaron que estos robos eran similares a otros acontecidos en la parte norte de Aravaca y Las Rozas, lo que les llevó a pensar que detrás de ellos estaba la misma banda. No se equivocaban. Desde la Policía Nacional instan a los ciudadanos a cumplir unos sencillos consejos con el objetivo de evitar sorpresas a la vuelta de vacaciones. Lo primero es no dejar indicios de la ausencia en el piso, como el buzón lleno o las persianas bajadas por completo. Además, es preferible guardar la discreción en redes sociales y no publicar los destinos de veraneo y el tiempo que allí se va a permanecer. Por último, es importante revisar las puertas del edificio con el objetivo de detectar pequeñas láminas de plástico, hilos de silicona o cualquier otro objeto que no cuadre con la zona del hallazgo.
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