El sector profesional de las verbenas gallegas, un patrimonio que cada verano devuelve la vida a los pueblos, desde el más recóndito hasta aldeas de apenas trescientos habitantes, ve con preocupación su futuro, el segundo consecutivo que se ve parado por la pandemia, y ya no descarta que muchas empresas se vean abocadas a cerrar en medio de la incertidumbre por las restricciones sanitarias. «Es muy fácil decir que esto no está para fiestas, pero muchas familias vivimos de esto», asiente Dani Dopazo, integrante de la orquesta Ocaband, quien pregunta por qué una verbena de cuatrocientas o quinientas personas tiene que cumplir los mismos requisitos que un concierto con miles de personas. Y es que lo cierto es que hablar de... Ver Más
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