
El vacío más absoluto ha rodeado, durante casi un año y medio, a los locales de ocio nocturno y discotecas madrileñas. Hasta que a finales de junio se les permitió abrir, cumpliendo escrupulosamente un férreo protocolo anti-Covid. Quienes se decidieron a hacerlo se han encontrado con un volumen de negocio que apenas llega a un tercio del que tenían, pero que ha sido mejor en Madrid que en otras regiones gracias a que aquí se les permitía abrir hasta las 3 de la madrugada, una hora extra sobre otros horarios límite que les ha dado un respiro. Pese a todo, la situación sigue siendo «muy complicada», según la asociación Noche Madrid. «Estamos muchísimo mejor que el año pasado, claro, porque estábamos...
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