Salvador Illa afronta este martes su último Consejo de Ministros como titular de Sanidad. La Moncloa confirmaba ayer que afrontaba «sus últimas 24 horas al frente del ministerio». El miércoles tendrá lugar en el Palacio de la Zarzuela la toma de posesión ante al Rey del nuevo titular del departamento. Desde que se conoció la candidatura de Salvador Illa a las elecciones catalanas, el Gobierno ha evitado confirmar su sustituto. Pero desde un primer momento se apuntó de forma no definitiva a que su puesto lo ocuparía la actual ministra de Política Territorial y Función Pública, Carolina Darias. Y que con su salida entraría en el Consejo de Ministros el líder del PSC, Miquel Iceta. Ambos extremos están todavía sin confirmar. Fuentes del entorno del presidente del Gobierno insistían ayer en que se tratará de un cambio «puntual» motivado por la salida de Illa. La ministra Darias ha venido acompañando al ministro Illa en las reuniones del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud en los últimos meses. Algo que a priori podría estar justificado porque su cartera actual es la que tiene la competencia de relación con las regiones. Pero ayer por ejemplo fue más allá, acompañando a Sánchez e Illa a su visita a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps). Y participando en la reunión de seguimiento de coronavirus que se celebró en la sede de la agencia. Todo el mundo da por hecho ese cambio como todo el mundo da por hecho que su hueco en el Ministerio de Política Territorial lo ocupará el primer secretario del PSC, Miquel Iceta. Así lo corroboraban ayer fuentes de la dirección del PSC, que ya apuntaban a que será un ministerio idóneo para Iceta en el que hará «un buen trabajo». No obstante, algunas fuentes consultadas, dentro del propio Gobierno, expresan cierta cautela por si Sánchez hubiese decidido aprovechar la coyuntura para ampliar los ajustes. Ayer, el ministro de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá, se vio obligado a desmentir que fuese a presentar su dimisión en un momento en el que todos en el Gobierno son conscientes de su desafección por cómo se ha afrontado el proyecto de reforma de las pensiones dentro del Gobierno. Oficialmente se le resta trascendencia a la polémica «estéril» sobre la ampliación a 35 años del cómputo de la pensión, porque se manifiesta que «el espíritu» de lo que el Ejecutivo defiende que se tiene que hacer con las pensiones. Pero en la coalición reconocen que la cuestión se ha gestionado «muy mal». Y hay quien opina que ha sido víctima de «un fuego cruzado». Pero una vez él mismo descartó ayer su marcha se da por cerrado este capítulo. Por ahora. El siguiente ciclo electoral En Unidas Podemos lo que tienen claro es que los cambios no les pueden afectar. «Es una cosa del PSOE y no puede afectarnos. Nuestras carteras están pactadas desde el inicio de la legislatura», recuerdan. Eso ya limita en parte la capacidad de acción de Sánchez. En el Gobierno se plantea la cuestión como un cambio obligado, destacando que lo lógico sería que Sánchez busque un impulso con una renovación más amplia «cuando la legislatura se normalice». Un momento que vendría determinado una vez superados los objetivos de la campaña de vacunación, es decir pasado el próximo verano, y con el panorama político más clarificado tras las elecciones catalanas. Fuentes socialistas apuntan también a que tienen que aproximarse dos acontecimientos importantes que darían a Sánchez ventanas de oportunidad para ejecutar cambios: el congreso Federal del PSOE el próximo mes de octubre y, más adelante, la llegada del periodo electoral que se abre a finales de 2022 con las elecciones andaluzas, si no hay adelantos, y en el que algunos ministros actuales podrían encontrar su sitio en futuras candidaturas. Sánchez, que se va a volcar en la campaña catalana, participó ayer con Illa en su último acto juntos, y le transmitió su «eterna gratitud por su dedicación». El presidente justificó la marcha de Illa en un momento muy complicado de la pandemia porque «el desafío que tienes por delante durante los próximos meses y próximos años es apasionante». Illa abandona a el Ministerio por tanto casi un mes después de que se conociese que se pondría al frente de la candidatura del PSC para las próximas elecciones catalanas. Un tiempo en el que ha defendido que estaba absolutamente centrado en sus tareas como ministro pero en el que ya ha tenido varias actividades como candidato. Aunque en el Gobierno defienden una gestión continuista en la pandemia, habrá más de un relevo, ya que algunos colaboradores estrechos del ministro abandonarán Sanidad con él, como su jefe de gabinete, Víctor Francos. El ministro Illa será recordado siempre como el ministro de la pandemia. En el universo socialista su figura ha crecido a lo largo de estos doce meses que ha ocupado el cargo, y su reconocimiento y elevada exposición ha motivado esta operación. Pero deja el ministerio en plena tercera ola y con una crisis abierta con las comunidades autónomas.
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