miércoles, 26 de agosto de 2020

El curso arrancará el día 10, pero no se descartan «cambios» en algunas zonas

Faltan apenas dos semanas para que los niños gallegos vuelvan a las aulas después de seis meses en blanco a los que, coinciden los expertos, se le debe poner punto y final. En esas está también la Xunta, que siempre ha defendido el regreso presencial para todas las etapas educativas, con especial incidencia en los cursos más bajos, es decir, Infantil y Primaria. Ayer, la titular de Educación en funciones volvió a dirigirse a las familias para confirmar que los colegios abrirán al día 10 aunque, matizó, todo dependerá de la evolución de una pandemia que ha demostrado ser imprevisible. El factor sanitario marcará, por tanto, los pasos del departamento liderado por Carmen Pomar, que también avanzó que el plan de la Xunta está abierto a «posibles cambios o posibles matices». Con estas declaraciones abre la puerta a hipotéticas restricciones en zonas geográficas donde las circunstancias epidemiológicas así lo aconsejen. «A pesar de que la Xunta opta por la presencialidad y quiere que el curso eche a andar en su día, van a ser las circunstancias sanitarias y las autoridades sanitarias las que vayan marcando esa hoja de ruta», expresó la conselleira durante una visita este martes a un centro orensano. La rumorología y la preocupación de los padres aumenta a medida que los días para la vuelta a las aulas se agotan, y las incógnitas siguen siendo muchas. A todas ellas, se comprometió el presidente en funciones de la Xunta, se responderá a partir del día 7, una vez tenga lugar la Conferencia de Presidentes señalada para principios de septiembre. Por el momento, los centros educativos gallegos cuentan —desde el pasado mes de julio— con un borrador de protocolo que traza las cuestiones clave de esta nueva realidad: distancia social, ventilación de la aulas, uso de mascarilla obligatorio a partir de los 6 años y desinfección constante. A él se refirió la conselleira del ramo, que advirtió que hoy volverá a haber reunión del comité clínico de expertos que lleva asesorando a la Xunta «desde el minuto cero de esta pandemia», con el objetivo de revisar y actualizar «esos protocolos en función de los datos epidemiológicos y de los datos epidemiológicos por territorios», una de las cuestiones que más se han de tener en cuenta. Además, e incidiendo en el trabajo preparatorio que se está llevando a cabo en los centros gallegos, Pomar aclaró que el tiempo se está aprovechando pese a no contar con esa guía definitiva. «Se está desarrollando esa organización con los colegios, esa estructuración de las aulas y de los demás espacios educativos», indicó. Acerca del trabajo del grupo de expertos encargado de proteger a los alumnos del virus, desde Educación afirman que no se trata de un protocolo cerrado, porque éste debe ir evolucionando en función del número de contagios y de dónde se localicen. «Abierto y dinámico», lo calificó la conselleira ante las exigencias de contar con una redacción que disperse las dudas de padres y docentes. Entre las cuestiones que se están tratando en algunos centros está la distribución de los alumnos en el aula, que en algunos casos podría ser de 22, 23 ó 24 niños, cuando la ratio máxima es de 25. La traba, informó el Gobierno gallego, estaría en la imposibilidad de ampliar las instalaciones de algunos centros, sobre todo urbanos, en los que ganar espacio para mantener la separación obligatoria está resultando más complicado por las limitaciones obvias. El mismo día en que el Defensor del Pueblo reclamó a las autoridades educativas y sanitarias que alcancen esta semana un pacto para un inicio de curso escolar «seguro y homogéneo», basándose en que «las niñas y niños de este país necesitan volver a la escuela y las administraciones tienen que hacer todo lo que esté en sus manos», Galicia extendió la realización de pruebas PCR a los docentes de la enseñanza pública y concertada a toda el área de Pontevedra. El objetivo, 40.000 test en toda la Comunidad antes del inicio de curso. Piden mil docentes más Sobre las medidas a implementar en relación con la plantilla docente, el líder del PSdeG, Gonzalo Caballero, reclamó ayer la contratación de dos mil nuevos profesores —la Xunta comprometió un millar— y una reunión urgente con la comunidad educativa y los grupos parlamentarios para trazar «las líneas de acción» de cara al próximo curso. Por su parte, desde el BNG insistieron en un arranque «presencial y seguro» que solo será factible, enumeran, con la reducción de la ratio de alumnos por aula, la correcta distribución de espacios y las medidas para garantizar la distancia de seguridad. En caso de que los brotes se descontrolen y la evolución epidemiológica obligue a la docencia telemática, piden que la consellería cuente con un «plan B» definido.

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