jueves, 5 de enero de 2023

La «locura» de Juan Carlos Evangelio en un aparcamiento de Cuenca

Menos mal que Juan Carlos Evangelio lo reconoce: lo que ha hecho es una «locura». Durante los últimos nueve años se ha dedicado a crear una maqueta del casco antiguo de Cuenca . En ella ha invertido, calcula, unas 9.000 horas de su tiempo libre, ha utilizado más de 1.000 kilos de cartón, 20 kilos de alambre, más de 20 litros de pintura y un sinfín de madera utilizada para hacer balcones, farolas, barandillas, árboles y demás utensilios. Su obra, que destella un impresionante realismo, ocupa una superficie de 230 metros cuadrados y se encuentra en el aparcamiento subterráneo del Centro de Atención a Personas con Discapacidad Intelectual Grave 'El Crisol' de Cuenca, donde quisiera seguir ampliándola, pero se ha quedado sin espacio. Alucinante. «Si tuviéramos un espacio más grande para tener esta maqueta expuesta, no habría ningún problema en seguir haciendo crecer el casco antiguo de Cuenca por la hoz del Huécar con el puente San Pablo y el Parador, y tampoco habría problema en hacer los barrios de San Antón y los Tiradores», explica en declaraciones a EP con la sencillez de un artesano que pone toda su paciencia al servicio de un trabajo impagable. Aunque la maqueta ya estuvo expuesta en la Diputación cuando solo llegaba hasta la plaza de Mangana, en la actualidad no hay ningún espacio público disponible que la acoja. Juan Carlos propone el Bosque de Acero, que «con una cantidad mínima de dinero se podría reformar para utilizarlo e instalar allí ya no solo esta maqueta y permitir que siguiera creciendo», sino que en el pabellón de cristal diseñado por Moneo Brock «podría albergar también las creaciones de más artesanos y coleccionistas de gente anónima de la ciudad». Asimismo, opina que «las administraciones no se dan cuenta de lo que tienen, ya no por la maqueta, que sería un buen reclamo turístico, sino que tenemos un montón de artesanos y lugares impresionantes en la provincia de Cuenca. No se hace nada para el turismo, para que la gente vaya a verlos, y siempre decimos el 'ea' y nos quedamos con esa palabra». «Mucha gente tiene en sus casas obras de artes, verdaderos tesoros culturales, y no estaría mal ofrecer este espacio para hacer del Bosque de Acero una sala permanente de exposición de la artesanía de Cuenca para sacarle uso turístico», insiste. Reformas continuas El aparcamiento de 'El Crisol', donde ahora está la maqueta, pertenece a la Consejería de Bienestar Social. Juan Carlos asegura que si un día ya no pudiera ocupar ese espacio, cogerá la botella de champán y hará una falla con estos más de 230 metros cuadrados de casco antiguo de Cuenca. «Yo ya he cumplido mi objetivo, y a otra cosa que me pondría, ya está», afirma con la satisfacción de ver los rostros de asombro de periodistas y fotógrafos que estos días se están pasando por el garaje para contemplar su gran obra. De hecho, está convencido de que se trata de la maqueta más grande del mundo que recrea una Ciudad Patrimonio de la Humanidad como es Cuenca. Un empeño que arrancó con la calle de La Moneda y que luego siguió como un reto: «¿Y por qué no hago la Calle de los Tintes? ¿Y por qué no hago otras calles?». Y así hasta alcanzar unas proporciones «gigantescas» que, además, tiene que reformar continuamente debido a que la humedad o los suelos secos pueden hacer que se dilate o contraiga el cartón. Lo dicho: una auténtica locura.

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