jueves, 12 de enero de 2023

El regreso de Puigdemont, una amenaza para la estabilidad política en Cataluña

Los efectos políticos de la eliminación del delito de sedición del Código Penal tendrán consecuencias directas en la agenda catalana. Y, por lo tanto, en la política española. Más pronto que tarde, aseguran los implicados. Dentro de dos semanas y media, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) dará a conocer su decisión respecto a la petición del juez instructor Pablo Llarena sobre la negativa de la Justicia belga de entregar a España a Lluís Puig, en aplicación de una euroorden. Carles Puigdemont, al que Llarena ya solo reclama por malversación y desobediencia, esperará a la decisión de Luxemburgo para acelerar, o no, su vuelta a España, cuyo camino queda expedito al no poder ser juzgado por sedición. Será, entonces, cuando se pueda hablar de una fecha, aunque sea aproximada, sobre su retorno. En cualquier caso, y según confirmó anoche en un video grabado, Puigdemont aseguró que no regresará a España si para ello tiene que someterse a un proceso judicial. «No volveré esposado a España ni rendido ante un juez español», apuntó el prófugo poco después de confirmar que pretende llevar hasta el final en Europa su «batalla judicial». Tras cinco años huido, Puigdemont confirmó que no piensa acogerse a los posibles beneficios que implica la reforma del Código Penal si ello implica volver a España para sentarse ante un juez. Antes de su mensaje, fue el abogado del expresidente de la Generalitat de Cataluña, Gonzalo Boye, quien habló ayer en nombre de su cliente y aseguró que, «sin duda», Puigdemont volverá pronto a España. «Es una decisión que debe tomar él, pero creo que sí volverá en 2023», señaló por la mañana en una entrevista para Rac1. A media tarde, desde Bruselas y en declaraciones a los medios, el letrado evitó fijar una fecha concreta al posible retorno de su cliente y, tras acusar al juez instructor de tener «ánimo persecutorio» contra Puigdemont, no dudó en que estará pronto de vuelta. Al margen del proceso judicial, ahora se abre un tiempo de especulaciones políticas. El año en curso es especialmente electoral. En mayo se celebrarán elecciones municipales en toda España y autonómicas en feudos en los que el PSOE podría perder algunos gobiernos. En diciembre, las generales. Y a esto podría sumarse una cita autonómica en Cataluña si Pere Aragonès, presidente de la Generalitat, así lo decide, pues ERC cuenta con 33 diputados en el Parlament, cuando la mayoría absoluta está en 68 asientos. La llegada de Puigdemont, por lo tanto, si se produce este año como augura Boye, supondrá una distorsión en la política catalana, que tendrá eco en la política nacional, y será una prueba de estrés del pacto PSOE-ERC, que se traduce en que los de Oriol Junqueras dan estabilidad a Pedro Sánchez en el Congreso y, a cambio, el Gobierno y el PSOE eliminan cualquier afectación judicial para los independentistas implicados en el 'procés'. A efectos prácticos: lo más parecido a una amnistía, como exigían ERC y Junts, a cambio de La Moncloa. Un terremoto político El profesor de Ciencia Política en la Universidad Autónoma de Barcelona y director del Instituto de Ciencias Políticas y Sociales, Gabriel Colomé, considera que será determinante el momento que elija Puigdemont para volver. «Si escoge el momento adecuado, es un elemento estratégico para Junts. Puede distorsionar la política catalana», asegura en declaraciones a ABC, en referencia a que no será lo mismo que esté de vuelta antes de mayo a que lo haga antes de las generales. De manera similar opina Juan Milián Querol, politólogo y autor de la obra 'El proceso español' (Deusto), que trata de la catalanización de la política española. «Al volver Puigdemont, se tensiona el bloque independentista. ERC quería una vía más pausada, y peligrosa en realidad, pero con Puigdemont esto se distorsiona y volverán las bajas pasiones», apunta. «Provocará un movimiento, seguro, aunque no creo que sea como la reacción a la sentencia del Tribunal Supremo de 2019», añade Colomé. «Su llegada será un acto político y justificará lo que lleva haciendo desde 2017. Sin pedir perdón, sin rendir cuentas. Será la rehabilitación del 'president'», dice Toni Aira, profesor de Comunicación Política de la Universidad Pompeu Fabra Barcelona School of Management. El primer impacto será en Junts. «El 'president' sigue siendo el líder de un espacio político. Paso a paso, pero es su mejor baza electoral. Puigdemont es de las pocas figuras que puede unir al independentismo», añade Aira, que reconoce la dificultad de Junts de articular un líder más allá del expresidente catalán. Noticias Relacionadas estandar Si Los 'palos' del juez Llarena al Gobierno por la derogación de la sedición Nati Villanueva estandar No Puigdemont asegura que no volverá a España «esposado» para rendir cuentas ante la Justicia Daniel Tercero Así, la llegada de Puigdemont, su vuelta a España, podría ser un flotador para el partido que creó él mismo y ahora está fuera de la Generalitat. «El 'president' nunca ha tenido miedo a la prisión, lo que hace es una lucha colectiva y en lo legal depende del suplicatorio (del TJUE)», recordó Boye, ayer, aceptando que Puigdemont tiene asumido que podría pasar un tiempo en prisión (en caso de ser condenado por malversación), si vuelve. Sin embargo, los hechos, hasta la fecha al menos, demuestran lo contrario. Desde su fuga en 2017 para evitar entrar en prisión a la instrumentalización de su papel en la Eurocámara. En palabras de Milián: «No se arriesgará. Tiene pánico a verse sin libertad ni movimiento. Pero Sánchez se lo ha puesto en bandeja. Es la constatación del fracaso del apaciguamiento». Aira advierte: «La vuelta de Puigdemont no será lo mismo que la de Meritxell Serret o Anna Gabriel. Cambiará el mapa político, eso seguro». Colomé matiza: «¿Candidato? Complicado».

De España https://ift.tt/FdIPWw6

0 comentarios:

Publicar un comentario