Ana Ruiz, más que ojos, pasea dos luceros por el centro de Madrid. Es natural, coqueta, y amante del aquí y del ahora. La actriz sevillana pasea por los alrededores de la plaza de Antón Martín, cruza los semáforos como en la célebre fotografía de los Beatles en Abbey Road. La sonrisa la trae de serie, aunque Madrid, que es una ciudad que llega a amar, a veces le decepciona por las dosis de individualismo que son inherentes a las grandes capitales. Ruiz aterrizó de niña en Madrid, y pese a como está el paño del artisteo, no ha parado de trabajar. 'Zona Disney', 'Camera Café' y mucho teatro. Fue en su mocedad Doña Inés del mismo modo que otro 'colono', Fran Perea, es Don Juan en su madurez. Para la entrevistada Madrid es luz, pura luz en todos los sentidos de la palabra. — Pongamos que me habla de Madrid Llego a Madrid con 21 años, hecha una niña, que tengo que decir que era una niña porque no quiero echarme piedras sobre mi tejado (Ríe). Ya había hecho teatro en Sevilla a nivel aficionado. Luego trabajé en un programa infantil, 'La Banda del sur', que compaginaba con Magisterio en Sevilla. Y después ya me vine a estudiar cine en una escuela que se llama NUIT. Mi idea era estudiar, no quedarme tantos años. Bueno, pues resulta que el primer año aquí me cogen para 'Zona Disney', y desde ahí he ido hilando trabajos. — Luego está el fenómeno de 'Camera Café'. Era muy divertido. Venía de hacer mucho infantil y era una serie con un formato nuevo, irreverentes, cómico. Sentía que había que hacer cosas distintas. Fue y es un formato necesario. Un producto audiovisual que te desconecta de las cosas malas, con capítulos cortos. Algo, ya te digo, muy novedoso. — Volvamos al inicio. Una niña de 21 años en la gran ciudad. Como Martínez Soria... Pues sí que me vine sola, con 21 añitos. Lo que te digo, que era una cría. Pero, aunque no conocía a nadie, la ciudad me acogió desde el minuto uno. El primer mes lo pasé en una residencia de estudiantes y rápidamente me emancipe por Santo Domingo. Yo quería centro, centro, movimiento. Que para algo soy de Triana . Quería centro sobre todas las cosas. — El centro 'madridí' tiene sus claroscuros. Estuve viviendo por la zona de la plaza de Santo Domingo y nunca sentí que Madrid fuera una ciudad que me abrumara, que me hiciera sentir pequeña. Me parece una ciudad abierta, acostumbrada a recibir gente de mil sitios. La actriz en su paso por 'Camera Café' ABC — Y sin embargo... Y sin embargo es verdad que puede darse el individualismo, pero no fue mi caso. Y, tú lo sabres como yo, el andaluz cae bien en Madrid. Unamos, además, que soy una persona con facilidad para las relaciones sociales. — ¿Esa integración sería posible en otra ciudad? En Barcelona, sin ir más lejos. Estuve en Barcelona con un musical, y muchos actores y compañeros me decían que de Barcelona no me volvería. Pero yo echaba de menos mi Madrid. — Su Madrid, dice... Vayamos a lo más íntimo, ¿está enamorada de Madrid? Amo Madrid. Mi madre es madrileña. Ella es del paseo de las Delicias y me lo recuerda con acento castizo. Madrid es una parte fundamental en mi vida. No pensé que me iba a dar tanto esta ciudad. — Deme otro 'pero'. Quizá otro 'pero' sea la individualidad esa de la que hablamos. Me preocupa la soledad de las gentes mayores, Madrid es una ciudad para gente joven, con ganas de hacer cosas. Quizá Madrid no está tan preparada para las personas mayores. — Su Madrid dilecto, ¿por dónde pasa? —Por el Palacio Real, por el Templo de Debod. Hay muchos sitios. Disfruto mucho de Madrid. Ahora mismo me tomo un café contigo aquí y éste es el mejor sitio del mundo. Adoro también los barecitos. Voy mucho a La Musa de Espronceda, donde Antonio, que lo conozco desde hace un porrón de años. — Le presumo una persona dinámica. Oiga, ¿se llega a relajar en Madrid? Cuando tengo que relajarme... Yo es que vivo bastante relajada. Me encanta la sierra, porque en nada de tiempo te colocas en parajes estupendos para estar en contacto con la Pachamama (Vuelve a reír). — Se habla mucho de «libertad» en 'los Madriles'. Bueno yo creo que Madrid siempre ha sido una ciudad libre. Compañeros que hablan de los 80 la siguen recordando como una ciudad libre. La gente viene muchas veces a Madrid a sentirse libre porque se siente enclaustrada en pueblos pequeños. Esta es una ciudad que acoge desde siempre. Puede que, estando todo tan politizado, se le quiera buscar un adjetivo, y ese adjetivo sea «libre». — Hagamos un juego. Yo le digo Madrid y usted me dice una obra de teatro. Uy qué pregunta más complicada, con lo bien que íbamos. No sé, Madrid es tan plural que da lugar a muchos tipos de teatro. — Concrete. Le propongo 'Luces de Bohemia'. 'Luces de Bohemia' puede ser. Y muchas más. — El otro día, Paco Soto le vendió esta ciudad a un pingüino. Véndale Madrid a un esquimal. Le diría que, aunque hace fresco, es una ciudad que vive en la calle. Madrid irradia luz en muchos sentidos.
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