viernes, 30 de diciembre de 2022

Personajes de 2022: el año definitivo de Messi

Leo Messi. El 2022 siempre será recordado como el año en el que el delantero argentino alcanzó el culmen de su carrera. Su oda en Qatar, emocionante, polémica, muy futbolera en definitiva, eclipsó cualquier otro fenómeno deportivo. El delantero del PSG obligó a retractarse a todos aquellos que lo señalaban con el dedo: anotó en todas las fases del Mundial, siete goles, la mitad de los que consiguió la albiceleste en el Golfo Pérsico. Cuatro de ellos fueron de penalti, uno de los pocos puntos negros de su dilatada carrera. Incluso enterró esa imagen de chico ausente y acabó llamando «bobo» a un neerlandés que pasaba por allí. Messi, como en un ritual pagano, quemó todos sus estigmas ante de viajar a Oriente para renacer en su versión más excelsa pese a sus 35 primaveras, cuando daba la sensación de que se le estaba pasando el arroz, algo deprimido el delantero desde que cambió Barcelona por París pero revitalizado cuando se subió a la 'scaloneta' para llegar a aquel extraño país. Allí, simplemente, hizo historia y de manera indiscutible se subió al podio de los deportistas del 2022. Aunque el oro fue para el argentino, muchos otros merecen ver escrito su nombre en tinta. Pese a que el planeta fútbol solo tuvo ojos para Messi en los últimos fogonazos del año, si se hace retrospectiva el deporte rey tuvo que asistir a otra coronación en octubre. Karim Benzema, tras una temporada impecable y épica a la par, fue coronado como mejor jugador del mundo en París. El Balón de Oro fue para el delantero, emblema de la improbable Champions League conseguida por el Real Madrid, en la que el de Lyon se fue hasta los 15 goles y creó una sociedad con Vinicius que rompió la frágil lógica del fútbol. Noticias Relacionadas estandar No Polideportivo Las retiradas de 2022: los grandes deportistas que pusieron fin a su carrera Pablo Lodeiro Fernández estandar Si Polideportivo Un año de trampas y escándalos Javier Asprón El tenis, una vez más, volvió a transformarse en campo abierto para las genialidades de las mejores raquetas del planeta. Rafael Nadal comenzó por todo el alto el año llevándose el Abierto de Australia tras una remontada de cuento de hadas ante el ruso Daniil Medvedev. Tras hacerse con un mordisco «con el que no contaba», como él mismo reconoció, las lesiones le volvieron a acechar a lo largo de la temporada pero, una vez más, en su amada tierra parisina, conquistó Roland Garros, el número 14, ante el noruego Casper Ruud. Acento español también tuvo el US Open, que significó la consagración como estrella de Carlos Alcaraz, que aprovechó la pasada campaña para llevarse el Grand Slam norteamericano y convertirse en el tenista más joven de la historia en liderar el ranking mundial, con 19 años, 4 meses y 7 días. Además de los dos españoles, el tenis mundial vibró con la polaca Iga Swiatek, quien completó una temporada de ensueño al hacerse con Roland Garros y el US Open a sus escasos 21 años. Montañas de récords En natación, Katie Ledecky volvió a arrasar allá por donde braceó. No tuvo rival en los Mundiales de Budapest, donde se hizo con el oro en los 400 libres, en los 800, en los 1.500 y en los 4x200. Con 25 años, la de Washington sigue siendo el terror de cualquier piscina. Ya ha sido campeona olímpica en siete ocasiones y perece que su hambre por ganar y batir récords no tiene fin. Junto con la norteamericana, el otro gran nombre de la natación de élite fue el rumano de 17 años David Popovici, que rompió en los Europeos de Roma el récord mundial de los 100 metros libres, batiendo la marca del brasileño César Cielo y dejando el nuevo listón en 46 segundos y 86 centésimas. Récords y más récords. El atletismo no quiso quedarse atrás a la hora de estar en los libros de historia y arrojó un buen puñado de héroes e instantáneas a lo largo de las cuatro estaciones. En julio, y tras proclamarse campeón del mundo en Belgrado en pista cubierta, el sueco Armand Duplantis desplegó las alas para hacer el mejor salto con pértiga de la historia durante los Mundiales de Oregón (Estados Unidos). El escandinavo ascendió hasta los 6.21 metros para forjar una marca de superhéroe. Dicen que el único que le puede batir es él mismo. Junto con Duplantis, la estadounidense Sydney McLaughlin engrandeció la cita estadounidense al coronarse en los 400 metros vallas y marcar un nuevo récord mundial, la primera atleta que consigue acabar la exigente prueba en menos de 51 segundos (cruzó la meta en 50.68). Lejos del noroeste americano, en el maratón de Berlín concretamente, un lugar para dar rienda suelta a los sueños (la prueba ha acogido los últimos ocho récords mundiales), el keniano Eliud Kipchoge volvió a reescribir la historia. Con un avance constante, como el de una avalancha, el africano pulverizó su propio registro y remató el infernal recorrido berlinés en unas livianas dos horas, un minuto y nueve segundos. Una cifra espectacular que, aunque suene raro, supo a poco, pues el atleta de 38 años amenazó durante buena parte del trayecto la barrera de las dos horas, algo a lo que ni siquiera un semidiós podría aspirar sin las ayudas de las que él mismo dispuso en el Prater de Viena, cuando paró el crono en el no homologado 1:59.40. El ciclismo también arrojó dos nombres que resonarán con fuerza durante años. Annemiek van Vleuten reflotó al equipo Movistar al proclamarse campeona del Tour de Francia, del Giro de Italia y del Mundial en ruta. Impresionante currículum para esta neerlandesa de 40 años que le cogió el gusto a la bicicleta cuando iba a la escuela por las húmedas praderas de Países Bajos. Su homólogo masculino, Jonas Vingegaard, se llevó también la prueba francesa, una de las mejores de los últimos años. El violento pulso entre el vigente campeón, el esloveno Tadej Pogacar, y el equipo Jumbo hizo las delicias de los aficionados. Finalmente, fue el danés el triunfador. Todo un hito si se tiene en cuenta que hasta hace un par de años trabajaba en una lonja en su Dinamarca natal.

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