lunes, 19 de diciembre de 2022

Diario de Santo Tomé (22): Inventario en tiempo de Navidad

El barrio era un pequeño mundo y la calle de Santo Tomé la 'Quinta Avenida. La calle era una colmena de personajes que convivían unos junto a otros, creciendo, envejeciendo, casándose, muriéndose. Gente que escuchaba los toques a las misas de la parroquia y las campanadas del reloj de las monjas de San Antonio, gente que quemaba un Judas que al arder soltaba un chisporroteo mágico y misteroso que hacía cerrar los ojos a los niños del barrio. Destacaban en la calle el bar del señor Simón, con l os mejores boquerones en vinagre de todo Toledo , la farmacia de doña Isabel, dos droguerías, una de ellas llamada 'El Greco', dos mercerías, la papelería Guzmán donde se vendían, aparte del papel azul para forrar los libros del colegio, obras de Urabayen y de Marañon y ya, cuando el turismo comenzaba a cambiar la calle, reproducciones de 'El Entierro del conde de Orgaz', la frutería del señor Cesáreo, el arropero, con las mejores aceitunas negras curadas y aderezadas por la familia , dos tiendas de ultramarinos (nombre que a un niño le traía rumores de palmas y melancolías de indianos), la relojería Bienve, donde a ese niño le compraron el primer reloj de pulsera , la pescadería de Mariano, todo un personaje, la alpargatería de la señora Cecilia que, en verano se sentaba a la puerta de la tienda abanicándose con un enorme abanico que parecía un pájaro a punto de echar a volar , una lechería, el convento de las 'Antonias', como las llamaba mi madre , la iglesia, que daba nombre al barrio, famosa por un entierro, y que era el faro que guiaba a algunos, la carnicería del señor Casimiro, una churrería, la carbonería en el callejón de Bodegones, donde ese niño que quería tapar la fuerza del verano vio una vez a Fraga Iribarne, de visita en el callejón, el restaurante Casa Plácido que fue inmortalizado por Michener y, también, la confiteria de Santo Tomé , un lugar famoso que fue visitado por Marañón, Buñuel, Sara Montiel y ha sido y es parte fundamental del barrio . Un lugar donde lo que se hace, se hace bien. Tan bien se hace todo que, con motivo de la fiesta de San Idelfonso, Inés Garate ha sido nombrada Ciudadana de Honor , una burgalesa-toledana que ha llevado la confitería y la ha elevado a niveles internacionales. Un mundo en el que un niño miraba, a través de la ventana de su cuarto, dos almendros que, a lo lejos, se iluminaban al llegar febrero y que eran el santo y seña de la primavera. Un niño que ahora, lejos de su barrio, de su casa, de su gente, un poco perdido (aunque amado) en parques y avenidas, fotografías de amigos que han muerto, libros dedicados, silencios que lastiman la voz del recuerdo , desea a sus lectores un tiempo de esperanza. Que podamos recordar por un tiempo a los que fueron fuego en el barrio y ya no están, el Judas ardiendo, el sonido de la campana del convento de las Antonias, el vuelo de las golondrinas alrededor de la torre de la iglesia , la vida y la muerte del barrio, las rencillas y las envidias, los amores y las pasiones, porque recordar nos hace volver a vivir el tiempo pasado y ser ese niño que cerró los ojos por miedo a quemarse.

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