La banda de albaneses que asaltó el chalé de Dani Carvajal 'trabajaba' en España cada dos o tres meses

El calendario de la banda de albaneses que intentó robar en el chalé del futbolista del Real Madrid Dani Carvajal funcionaba como el de una empresa: los cuatro 'trabajadores' viajaban cada dos o tres meses a España para perpetrar los asaltos y regresar a Albania sin ser descubiertos. En su país de origen, dejaban enfriar su oleada delictiva durante un periodo similar para después volver a la carga. Así, llevaban al menos dos años dando golpes, pero en su último viaje han caído todos los desplazados, incluido el cabecilla del grupo. Este último era el encargado de crear la infraestructura necesaria para operar en el territorio nacional, creando una red de colaboradores y siempre con estudios previos de los enclaves donde habrían llevado a cabo los robos. En uno de ellos, la urbanización Las Lomas de Boadilla del Monte, las cámaras de seguridad de la vivienda de Carvajal registraron la madrugada del 30 de agosto a dos encapuchados en el jardín de la finca. Provistos de barras metálicas, los asaltantes, que habían saltado la valla, se vieron obligados a huir precipitadamente al activarse la alarma perimetral. Noticia Relacionada estandar No Cae una banda albanesa especializada en robar chalés, como el de Dani Carvajal, con sus moradores dentro EP | ABC Los detenidos conformaban una célula itinerante desplazada para perpetrar robos que tomaba medidas extremas de seguridad Tras varios meses de averiguaciones, el Grupo de Delincuencia Organizada de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid ha logrado arrestar a cuatro varones de origen albanés, de entre 24 y 45 años , acusados de doce robos con fuerza en casas de Boadilla del Monte, Villaviciosa de Odón y Venturada. Se investiga, además, su posible implicación en medio centenar de delitos de índole similar. Detenidos los cuatro, los agentes procedieron a registrar el piso que compartían en San Sebastián de los Reyes, incautándose de gran cantidad de los objetos sustraídos. El nexo de los robos siempre era el mismo: seleccionaban propiedades, chalés unifamiliares en su mayoría ubicados en zonas residenciales, que estuvieran habitadas en el mismo momento de la entrada. Desde la parcela y de manera muy sigilosa, establecían puntos de vigilancia a fin de detectar cuántos moradores había dentro. Una vez conocida la situación de estos en las diferentes estancias, dos de los ladrones accedían a la planta superior mediante escalo y entraban por ventanas o terrazas. Buscaban joyas, relojes, dinero y otros objetos pequeños que considerasen de valor. Ahora, por fin, ya duermen en prisión.

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