
Amistad y negocios nunca han sido una buena combinación. Al igual que el dinero no compra la felicidad. Yestas dos premisas las están comprobando en persona el emir de Catar y propietario del PSG, Tamim Ben Hamad Al-Thani, y Nasser Al-Khelaifi, su presidente. A pesar de la íntima amistad forjada entre ambos personajes, cuando el heredero al trono tenía seis años y el entonces tenista Al-Khelaifi le daba clases particulares, este empieza a estar bajo la lupa de la familia real catarí. Los fracasos que durante una década lleva acumulando el PSG en Europa inquietan en el país árabe y generan mucho nerviosismo en Al-Khelaifi, que le llevan a perder los papeles cada vez que su equipo se estrella en...
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