Alberto Toril, de La Fábrica al femenino

Alberto Toril regresa al Real Madrid. El técnico cordobés de 48 años vuelve a su casa tras su salida en 2013, tras varios años en la cantera merengue. Toril se formó como jugador en las categorías inferiores de la entidad blanca e incluso llegó a debutar en el primer equipo con Benito Floro, en 1992, pero su carrera como jugador la desarrolló en equipos modestos y de Segunda. Como entrenador, llegó en 2008 a La Fábrica, y tras dirigir al Juvenil y al Madrid C, hoy desaparecido, pasó al Castilla en enero de 2011, equipo que ascendió a Segunda con nombres hoy de sobra conocidos como Lucas, Carvajal, Morata, Nacho y su hermano Álex, Joselu o Jesé. Allí, sumó 119 partidos y estuvo hasta el verano de 2013, cuando el club decidió que su etapa en el banquillo había terminado. De aquella etapa, también quedaron diversos roces con Mourinho, con quién nunca iba química: «Hay un momento determinado de la temporada pasada que Mourinho me expone a la opinión pública y se plantean situaciones complicadas y comprometidas, y eso me hace aprender cosas que de cara al futuro me van a servir. Me enseña lo que es la élite. Soy un entrenador joven que está empezando y este tipo de situaciones son buenas para mejorar. Hubo un momento que no me dejó entrar a sus entrenamientos. Es una persona extremista y yo soy intermedio. O estabas con él o estabas contra él», explicó Toril durante una entrevista días después de abandonar el Madrid. En 2016, fue técnico del Elche pero no acabó la temporada debido a los malos resultados, y fue despedido en la jornada 36 con un solo punto por encima del descenso. Desde entonces, ha seguido su carrera como entrenador en China, en la Academia de Guangzhou Evergrande, club actualmente en riesgo de quiebra por las graves deudas de Evergrande Group. La mala andadura del Real Madrid femenino esta temporada, décimo en la Liga a 19 puntos del Barça y a 7 de la zona Champions, y la mala relación de la plantilla con David Aznar, han obligado al club a ejecutar el relevo en el banquillo y confiar en un técnico que en el pasado hizo un buen trabajo y que afronta hasta 2023 su primer reto en el fútbol femenino.

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