lunes, 29 de noviembre de 2021

Thibaut Courtois, la estrella sin portadas del Real Madrid

Minuto 93 del Real Madrid-Sevilla. Acuña pone un balón con escuadra y cartabón en la cabeza de Delaney, que remata solo dentro del área, exigiendo la mejor versión de Courtois. El belga, rápido de reflejos y duro con los guantes, expulsa el balón de zona de peligro y evita un empate a dos que le hubiera quitado al equipo blanco dos puntos de oro. Brillante Courtois, pero no más que en la primera mitad. Con 0-1 en el marcador, se destapó con un paradón aún más bestia a disparo de Rafa Mir, haciéndose grande al mismo tiempos que empequeñecía su portería al delantero hispalense. El aficionado se quedó con la última intervención, por lo decisiva del momento, pero técnicamente fue mejor la primera, que además evitaba un 0-2 que, visto lo visto el domingo en el Bernabéu, hubiera sido muy complicado de levantar. Courtois es la estrella silenciosa de este Madrid líder de Ancelotti, que ya empieza a marcar territorio en la Liga. En su cuarta temporada en el club blanco, su liderazgo y relevancia es incuestionable, hasta el punto de ser considerado de lejos el mejor portero del mundo, una percepción que no es nueva en Valdebebas: «En los entrenamientos, las señales que daba desde el primer momento eran inequívocas. Su calidad superaba los controles más exigentes. Todos reconocían, hasta Ramos, fiel amigo de Keylor, que era más portero que Navas. Otra cosa es que Keylor venía de dónde venía», explican en el Madrid, muy contentos por la apuesta hecha en el verano de 2018. Courtois es considerado por sus compañeros un capitán sin brazalete. Muy querido dentro del vestuario, simpático, sencillo, honrado y con sentido del humor. Plantó pronto y bien profundas sus raíces en Valdebebas a pesar de que su primera temporada estuvo marcada por algunas dudas en su rendimiento y la nostalgia de la afición por no ver ya sobre el verde a Navas, el portero de las tres Champions consecutivas. Pero año tras año ha ido creciendo. Ya fue clave en la Liga del confinamiento, en donde se hizo con el trofeo Zamora. El curso pasado, a pesar de acabarlo en blanco, fue el mejor del equipo junto a Benzema y ya adquirió rol de líder. En un buen número de ocasiones ejerció de portavoz ante los medios para expresar las quejas de la plantilla en cuanto a arbitrajes, retransmisiones televisivas y calendario, como hizo hace un mes durante un parón de selecciones, cargando duramente contra UEFA y FIFA. La valentía es otra de sus virtudes que ha enamorado a sus compañeros, y a Llopis (preparador de porteros), pieza clave en el momento actual de Courtois. Llopis, de vuelta este verano después de trabajar junto a Zidane entre 2015 y 2018, está exprimiendo la mejor versión del belga, que en sus 148 partidos en el Madrid ha dejado la portería a cero en 58 ocasiones, pero más allá de este dato o de cualquier otro lo que más pesa es su influencia en el equipo. Paradas que son goles, como las dos ya mencionada ante el Sevilla, o las que materializó ante el Inter y el Shakhtar, evitando sustos en Champions, o en Liga frente al Elche y el Betis. Antes de que Vinicius o Benzema pongan su mejor sonrisa para la foto, Courtois ya se ha ganado su sueldo con una parada milagrosa. Su renovación el pasado verano, hasta 2026, aunque terminaba contrato en 2024 y no urgía por tiempo esa ampliación, evidencia la absoluta confianza que tiene el club en él. Amor y estabilidad Courtois, a quién le encanta saborear victorias tan trabajadas como las del pasado domingo con una salchicha frikandel con patatas fritas, plato típico de su país y del norte de Francia que devora siempre que puede tras cada partido, tiene en marcha distintos proyectos empresariales (sobre todo en los eSports), habla cinco idiomas y está comenzado a aprender hebreo. El motivo no es otro que la estabilidad en su vida personal que ha encontrado con la modelo israelí Mishel Gerzig, cinco años más joven que él. Courtois tiene dos hijos de su pasada relación con Marta Domínguez, una influencer canaria con la que mantiene una relación cordial y educada, hasta el punto de compartir momentos juntos con sus hijos aunque no sean ya pareja: «Ojalá la mitad de matrimonios se llevaran tan bien como se llevan ellos», desvelan en el Madrid. Un escenario familiar al que desde el pasado verano hay que unirle la felicidad de un nuevo amor en su vida. Instagram fue el trampolín que utilizó C ourtois para conocer a Mishel Gerzig, la persona que ha conquistado su corazón y le ha dado paz emocional. Israel es una tierra muy querida por el guardameta belga desde que a los 16 años entabló amistad en el Genk con Elyaniv Barda. Junto a Gerzig, que se ha mudado a Madrid para vivir con Courtois y que ha cuajado una buena relación con los hijos del portero, ahonda en las costumbres del país de su novia, con quien celebra el ‘sabbat’ y comparte distintas acciones de voluntariado que ya hacía su mujer con supervivientes del holocausto.

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