Tras una década de proceso soberanista, por primera vez el mapa político en Cataluña tiene visos de moverse. Solo la posibilidad de que el bloque independentista pierda la mayoría en el Parlament –algo que las encuestas señalan como posible– y el hecho de que, de nuevo, un partido constitucionalista, en este caso el PSC, arranque la campaña con aspiraciones de quedar como primera fuerza –como logró Cs en 2017–, hacen más variable que nunca el baile de pactos que puede abrirse tras el 14-F. Y es por esa misma razón que los partidos se resisten a enseñar sus cartas para no perjudicar sus expectativas. Entre la ciudadanía, los más optimistas especulan ya con la Cataluña «pos-procés». Los más prudentes temen... Ver Más
De España https://ift.tt/3sU11wl
0 comentarios:
Publicar un comentario