Muchos arquitectos ignoran que cuentan con una capilla específicamente dedicada a ellos en Madrid, en cuya cripta duermen ilustres figuras del gremio como Juan de Villanueva o Ventura Rodríguez. Es la Capilla de los Arquitectos, situada en la popular iglesia de San Sebastián, que ayer celebró su «día grande» con la misa en honor de Nuestra Señora de Belén en su Huida a Egipto y la imposición de medallas a los nuevos miembros incorporados. Aunque el temporal y el Covid han azotado fuertemente la Congregación, un año más no faltó a su cita, que hubo de retrasarse unos días debido a la fuerte nevada que impedía transitar por la ciudad. La impresionante capilla, en la que destaca su cúpula, fue construida en 1693 por Francisco Moreno, y más tarde remodelada por Ventura Rodríguez entre 1766 y1768. En ella están sepultados arquitectos tan notables como el mismo Ventura Rodríguez, Juan de Villanueva o Jerónimo Churriguera. Se encuentra a la derecha de la entrada al templo, protegida por una reja acristalada. La Real Congregación de los Arquitectos, explica uno de sus responsables, Juan Monjo, fue fundada en 1688, con sede primero en la iglesia del llamado colegio de las niñas de Leganés –por ser su fundador el general Espínola, el marqués de Leganés–, o Colegio de la Presentación, en Caballero de Gracia. Traslado Por un pleito entre nobles, la imagen de Nuestra Señora de Belén se trasladó a la capilla de la Misericordia, en la Iglesia de San Sebastián, y los arquitectos con ella. Un año después, ya tenían capilla propia, aprovechando un espacio en la antigua sacristía de «39 pies de ancho por 50 de largo». Y ahí continúa, desde entonces, viendo pasar la historia. Con anécdotas como la petición que recibieron en 1718 del marqués de Vadillo, corregidor de Madrid, para que los arquitectos de la Congregación realizaran un arco o adorno en la lonja de San Sebastián para que lo vieran los reyes cuando bajaran a Atocha a dar gracias por el nacimiento de la infanta María Victoria. La Congregación reunió a su Junta General y decidió responder que se limitarían a hacer un acto para agradecer a la Virgen el nacimiento. En un primer momento, explica Monjo, no había títulos oficiales de arquitectos: eran maestros de obra, aparejadores y profesionales del oficio en virtud de su propio trabajo y de concesiones de la Casa Real o los Consistorios. De hecho, en 1749 , unas ordenanzas daban a la congregación la potestad exclusiva de otorgar los títulos de arquitecto. Ante esta invitación a crear el Colegio Profesional, la Congregación llegó a elaborar unos estatutos, pero finalmente no la llevó adelante, «porque la Congregación nació para la asistencia social», recuerda Monjo. Fue la Academia de Bellas Artes de San Fernando la que empezó a dar los títulos en 1757. En 1806 surge el plan de crear un Fondo Económico de apoyo a viudas y huérfanos de Congregantes, pero acontecimientos posteriores lo frustraron: la Guerra de la Independencia les llevó a contribuir con 45.000 reales y distintas alhajas al llamamiento que se hizo con este fin, y las consecuencias de la contienda dejaron arruinada por décadas a la institución, lo que frenó la puesta en marcha del fondo de apoyo. Fue Isabel II la que, en 1867, otorgó el título de Real Congregación. Y en 1949, el Papa Pío XII declaró a Nuestra Señora de Belén en su Huida a Egipto como patrona de todos los arquitectos de España. La Congregación cuenta ahora con unos 140 miembros en Madrid, y «ramificaciones» en Valencia y Huelva. Su actividad ha continuado ininterrumpidamente durante todos estos años, realizando «actividades de tipo social y religioso». El actual decano del Colegio de Arquitectos, Sigfrido Herráez, quiere que desde la institución se apoye económicamente a la Congregación en su labor de apoyo a las familias de arquitectos que se encuentren en situación delicada, especialmente en aquellos casos de fallecidos o afectados por el Covid-19. Lo haría, explicó el decano a ABC, mediante el fondo de asistencia social.
De España https://ift.tt/3afriwH
0 comentarios:
Publicar un comentario