
El Congreso no tiene previsto habilitar la Comisión de Sanidad para trabajar este mes contra la tercera ola de la pandemia, pero sí abrirá sus puertas para que los diputados puedan avanzar en la comisión de investigación por «Kitchen», la reforma que recortará las funciones del Consejo General del Poder Judicial o la renovación de los miembros de RTVE. En un escrito remitido el pasado 17 de diciembre a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, PSOE y Podemos solicitaron celebrar sesiones extraordinarias en todos los órganos implicados en estos trabajos y recabaron la mayoría absoluta necesaria para que el permiso fuera automático. Sin embargo, no consideraron pertinente incluir a la Comisión de Sanidad en esta petición, pese a que los contagios presentaban ya una gráfica ascendente y los epidemiólogos pronosticaban una tercera ola en enero, tras las fiestas navideñas. El PP intentó enmendar esta situación, pero sin éxito. Según ha podido saber ABC, la presidenta de la Comisión de Sanidad, Rosa Romero, aprovechó una reunión celebrada a puerta cerrada el pasado 22 de diciembre para advertir a los grupos de que la excepcionalidad de la situación epidemiológica exigía no parar en enero y solicitar la habilitación para poder seguir trabajando. Pero PSOE, Podemos y ERC reaccionaron oponiéndose de plano a esta iniciativa, a pesar de que la pandemia tiene muchísimo más impacto económico, social y sanitario para los ciudadanos que el caso «Kitchen». Cuando no parar era una obligación Según fuentes parlamentarias, los socios de coalición argumentaron la importancia de respetar el Reglamento en cuanto a que enero es periodo inhábil y los diputados deben dedicarse a trabajar en sus circunscripciones. Un argumento contrario al que habían defendido tan solo cinco días antes. «Se mantiene la actividad en enero porque la Cámara no ha dejado de trabajar en ningún momento salvo en marzo», subrayan fuentes socialistas cuando se trata de las labores de «Kitchen», el Poder Judicial o RTVE. El grupo republicano, por su parte, alegó precisamente la existencia de la tercera ola del virus para evitar la movilidad de los diputados todo lo posible. Pero había argumentado lo contrario al referirse a la toma de control del CGPJ. «Es deber de los políticos buscar los mecanismos para no dejar atrás la agenda política. Especialmente en tercera ola. Hay que atender el Covid pero esto no es una excusa. Durante toda la pandemia excepto en los primeros meses de confinamiento general se ha mantenido la actividad parlamentaria y así debe seguir siendo con las medidas oportunas», alegaban fuentes republicanas recientemente. La oposición denuncia el uso de argumentos contradictorios según la conveniencia de una labor parlamentaria como una nueva utilización partidista de las instituciones, en este caso del Congreso. Vox también apoyó que se solicitara la habilitación para la Comisión de Sanidad y Ciudadanos, por su parte, defendió que respaldaría lo que decidiera la mayoría. A la vista de que la izquierda y sus socios se quedaban solos, estos cambiaron de posición en una segunda ronda alegando no querer que se les acusara de estar en contra de los trabajos de Sanidad. Pero en lugar de plantear la búsqueda de la mayoría absoluta necesaria para una habilitación automática, apoyaron la propuesta de Rosa Romero de enviar una misiva a Batet comunicándole la disposición de la Comisión de Sanidad a celebrar sesiones extraordinarias en enero. Esta fórmula no es una de las permitidas por el Reglamento de la Cámara pero los populares tenían la esperanza de que, al contar con el respaldo unánime de los grupos, la presidenta del Congreso hiciera gala de flexibilidad, como ha sucedido en otras cuestiones relacionadas con la pandemia. No ha sido así. Fuentes de la presidencia explican que Batet ha rechazado la petición porque no se enmarca en ninguno de los tres supuestos previstos en el Reglamento -habilitación a petición del Gobierno, la Diputación Permanente o la mayoría absoluta del pleno-. Tres vías que pasan obligatoriamente por la izquierda. Tras recibir esta contestación, el PP solicitó ayer la convocatoria de la Diputación Permanente para pedir la comparecencia del ministro Salvador Illa. No puede haber habilitación «genérica» Transcurrida la primera semana de enero, ésta es la única cita que albergará con certeza la Comisión de Sanidad este mes pero no por la tercera ola sino porque, según el decreto del estado de alarma, el político catalán debe rendir cuentas una vez al mes sobre este marco excepcional. PSOE, Podemos y sus socios no tienen intención, de momento, de ningún trabajo más relacionado con la pandemia en la Cámara Baja, pese a la preocupante evolución de los contagios. «Si fuera necesaria cualquier otra cosa se pediría a través de la Diputación Permanente», alegan. Asimismo, argumentan que el Reglamento no permite habilitar una comisión «de forma genérica y sin un asunto concreto» en enero, haciendo hincapié en que los trabajos sobre «Kitchen», el Poder Judicial o RTVE cuentan con una concreción que no tiene «la tercera ola». Illa regatea cuentas al Congreso El artículo 14 del decreto de estado de alarma es muy claro en cuanto a la rendición de cuentas que el Gobierno debe realizar ante el Congreso mientras dure este marco excepcional. Además de establecer que el jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, debe comparecer ante el pleno cada dos meses, recoge que el ministro de Sanidad, Salvador debe hacerlo una vez cada treinta días. Sin embargo, el nuevo candidato del PSC a la Generalitat se saltó esta obligación el pasado mes de diciembre. Compareció a petición propia pero para explicar la estrategia de vacunación, no el estado de alarma. Sanidad, aún así, señala esta cita y la comparecencia de Sánchez en diciembre, para justificar la falta de rendición de cuentas de Illa ese mes. Pero el decreto del estado de alarma no establece ninguna incompatibilidad sino una obligación acumulativa.
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