El mismo día que la Federación anunciaba un desenlace polémico para el fútbol no profesional, el de élite ponía el contador a cero. Ayer, una gran mayoría de clubes de Primera y Segunda volvieron a sus respectivas ciudades deportivas para ser examinados por los servicios médicos de cada club y para pasar los pertinentes test PCR y serológicos que en un máximo de 48 horas les harán saber si se encuentran en estos momentos contagiados de coronavirus, si no es así, o si ya lo pasaron y han generado anticuerpos. Es el mandamiento número uno para que el fútbol profesional vuelva a su actividad con todas las garantías sanitarias sobre la mesa. Lo de ayer es el primer gran pequeño triunfo de Javier Tebas, que desde el primer momento apostó por la vuelta de la Liga y luchó por ello a pesar de tener casi todo en contra, trabajando codo con codo con la UEFA y ofreciendo a la Federación y al Gobierno, a través del CSD, un plan de regreso de total garantía sanitaria. Superado este importante escollo, ahora llegan otras fases importantes antes del reinicio del campeonato, pero este primer avance empieza a llenar la mochila de sueños: «Gracias a un trabajo realizado entre todos, CSD, Sanidad, los clubes, Federaciones, deportistas, que nos permite volver a entrenar con la máxima seguridad posible, para estar preparados para competir, lo más deseado por todos», escribió Tebas el pasado domingo en su cuenta de Twitter, mensaje en el que incidió el lunes -«¡Volver es ganar!», dijo- y que ayer repetía a sus más allegados. Entre mañana y el lunes, todos los jugadores empezarán a entrenarse de manera individual en la primera escala de una minipretemporada que durará alrededor de cinco semanas antes de que a mediados de junio, aproximadamente, la Liga se ponga de nuevo en marcha en la jornada 28. «Todo ha sido muy extraño, desnaturalizado. Un reencuentro de amigos y compañeros con mascarillas y guantes, y a dos metros de distancia. Qué bien verte de nuevo, aunque solo te vea la mitad de la cara. Un día para recordar, pero también para olvidar», explicaba a este periódico uno de los clubes punteros de la Liga. La felicidad de Tebas y de la Liga no es aún recíproca entre los protagonistas, jugadores y entrenadores. El miedo y la inquietud por el qué pasará está ahí, latente, pero en la patronal entienden que este sentimiento es lógico y el paso de los días hará que, poco a poco, dejen de lado las preocupaciones y carguen el depósito de la ilusión por volver a hacer lo que más le gusta, jugar al fútbol. «Ahora se hacen muchas preguntas y una por encima de cualquier otra: ¿cuándo volveremos a jugar? Y hay respuestas a medias, como sus caras», explican fuentes de ese mismo club. El Cádiz, conciliador Equipos como el Racing y el Eibar ya manifestaron públicamente su temor a volver a jugar al fútbol, y en la cima de esta vertiente está el defensa del Cádiz, Fali, el único de todos los futbolistas de Primera y Segunda que se ha negado a pasar el test y a volver a entrenar. Ya lo anunció de manera vehemente hace tres semanas y ayer cumplió su amenaza no presentándose en la ciudad deportiva de 'El Rosal'. «Tengo miedo y solo saldré a la calle cuando haya vacuna o tratamiento. Le he dicho al presidente que yo no voy a cobrar hasta que no vuelva a jugar porque no me lo merezco. Vamos líderes y si ganamos cinco partidos subiríamos y solucionaría la vida de mis hijas y mi mujer, pero primero está la salud de ellas, no el dinero. Ahora mismo me estoy apretando los pantalones. Tengo algo de dinero ahorrado y apretaré hasta el último céntimo hasta que haya fármaco o vacuna», dijo anoche el jugador en «El Partidazo» de Cope. «Para nosotros, Fali está lesionado y tenemos que ayudarle. No le va a caer ninguna multa. Ojalá podamos convencerle de que tiene menos peligro ir a la Ciudad Deportiva que al supermercado», le contestó Manolo Vizcaíno, el presidente, que está convencido de hacerle cambiar de opinión.De Deportes https://ift.tt/3bcEYa6
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