La problemática de la Cañada Real y su sector 6, en el que 'conviven' yonquis, narcos, prostitutas y niños a oscuras desde hace más de dos años , se ha contado de muchas maneras. Pero hasta ahora, nadie había logrado reflejar la crudeza de la situación que allí se produce a través del arte de una manera tan impactante. 'Una noche en el infierno' se alumbra con ese fin, el de concienciar, mediante un trabajo que ha realizado la artista madrileña Belén Benavent (Madrid, 1999), formado por cinco obras, con el que trata de visibilizar «la existencia de los marginados». «Allí, entre basura, tiendas de campaña, narcotraficantes y toxicómanos se desarrolla toda la acción. Es un paraje de ruinas y destrucción, en el que no existen las vallas, pero sí los muros internos, la prisión en la que se encuentran, que es la droga », comienza detallando la artista. Así, el arte se presenta como un medio para reconfigurar nuestra conexión con una problemática existente, pero oculta, marginada. El proyecto es fruto de la experiencia personal de Benavent en el sector 6 de la Cañada Real , colaborando con la asociación 'Bocatas', una entidad sin ánimo de lucro que actúa en la zona de Valdemingómez desde hace muchos años con el objetivo de dar respaldo, ropa y alimentos a las personas que allí pasan sus días, muchas de ellas desintegrándose poco a poco. Noticia Relacionada video-noticia No Dos años sin luz en la Cañada Real: casi 7.000 vecinos afectados Europa Press Los vecinos y vecinas de la Cañada Real Galiana, en Madrid, han denunciado un «total abandono»... « 'Una noche en el infierno' es el título de mi Trabajo de Fin de Grado, que empecé a desarrollar en 2021 y sigue hasta la actualidad. Hace referencia a ese momento en el que no hay luz en el sector 6 y los drogadictos, junto con los gitanos, encienden las hogueras para iluminar la zona. Los rostros cadavéricos de los toxicómanos se iluminan con gran dramatismo, mientras las caras de los gitanos más pequeños transmiten cierta ternura. A pesar de que muchos lo han perdido todo, hay un ápice de esperanza, pues hasta la brasa más pequeña sería capaz de alumbrar la oscuridad de una noche en la Cañada. Y esa luz es la asociación 'Bocatas', que no se olvida de los marginados de Valdemingómez», cuenta a ABC la artista madrileña. Benavent relata que la primera vez que acudió a esta zona de exclusión tenía 15 años y que el impacto no fue mayúsculo pues no era capaz de asimilar realmente lo que sus ojos estaban presenciando. «Parece mentira que en nuestro país exista una zona tan deshumanizada», lamenta. Pero hubo dos experiencias que terminaron de hacer mella en su mente. La primera, cuando se encontró a una conocida drogada pidiendo comida y ropa. La joven tenía 18 años. «Si la situación ya resulta compleja, para una mujer es todavía más difícil. Es bien sabido que en la Cañada acaban prostituyéndose para poder seguir consumiendo. Lo único que les salva es una cara arrugada y un cuerpo demacrado», apunta la dibujante. La segunda, cuando observó a un hombre drogarse. «Me sorprendió la agilidad con la que introdujo la aguja dentro de su brazo, mucho más rápido de lo que lo hubiera hecho una enfermera. El pobre hombre estaba tan colocado que estuvo a punto de quemarse con la hoguera que había a su lado porque no se movía», recuerda Benavent. Conmovida por todo aquel despropósito, la artista, cuyo trabajo siempre ha girado en torno a los grandes interrogantes de la vida y las cuestiones trascendentales , quiso inmortalizar en su obra una situación que la sociedad trata de alejar, pero que pervive a apenas 15 kilómetros de la Puerta del Sol. Aunque con el paso de los años acabó dejando de ir, «porque si uno se acostumbra a ver la tristeza no profundiza en su significado y acaba insensibilizado», retomó sus visitas a aquel pedazo de tierra y barro, donde las vidas se desintegran, para poner en marcha su reivindicativa obra. «Si quería plantear un proyecto artístico y social, necesitaba tener una percepción muy cercana de la Cañada, puesto que no bastaba con el recuerdo de aquello que durante un tiempo había dejado una huella en mí. Hacía falta volverse a impregnar de ese olor tan característico y perjudicial para la salud para plantear un proyecto que fuera de la mano con 'Bocatas'», precisa Benavent a este periódico. Este conjunto de cinco obras, que están a la venta, se pueden observar en la galería Martín de Vidales. La sexta, que todavía está en proceso de creación, será subastada para apoyar el proyecto de ayuda a los drogadictos en la Cañada Real. Cinco 'pinchazos' de realidad 1 ¿Quién soy? Una obra que simboliza el momento de la vergüenza y de la culpabilidad que experimenta un toxicómano después de haberse drogado. «En el fondo no somos tan diferentes de los drogadictos. Somos dependientes de una rutina que nos impide pararnos y reflexionar», asegura Benavent. «Pasamos nuestra vida sumergidos en una dinámica que parece repetirse, pero a veces sucede algo que nos despierta, algo que nos relanza a no tener una vida vacía», explica. Y hace referencia a la frase del psicoanalista Erich Fromm: «Si soy lo tengo y lo que tengo lo pierdo: ¿quién soy?». 2 Blancanieves El título nace de la idea del cuento de los hermanos Grimm, pero se relaciona a la característica intrínseca de la droga, de la cocaína, llamada también blanca nieve. «El hecho de convertir a la mujer en la protagonista hace que el que lo observa se pregunta si en el fondo se trata de una reinterpretación de la princesa Blancanieves. Pero la realidad es más cercana que la ficción: no es una princesa, sino una toxicómana sacada de la Cañada Real», relata la artista. Es una persona real, con su propia historia, con sus miedos y con sus aspiraciones que, debido a las dificultades de la vida, se vio arrastrada por su dependencia a un infierno en el que resulta prácticamente imposible salir sin una compañía real. 3 Éxodo Esta obra hace referencia al segundo libro de la Biblia que narra la esclavitud de los hebreos en Egipto y de su consiguiente liberación a través de Moisés, quien les condujo por medio del Mar Rojo hacia la libertad. Este lienzo habla de la no pertenencia, de la exclusión y de la consiguiente soledad que experimenta una persona al sentirse abandonada por una fuerza mayor. 4 Ignominia: el momento de la vergüenza El título de la obra hace referencia al sentimiento de vergüenza y de culpabilidad que experimenta una persona al ser descubierta por otra y como consecuencia de ello, decide esconder su rostro. Forma parte de un diálogo ficticio entre el personaje retratado y el espectador. Este es el motivo por el que decide tapar su rostro, avergonzado por aquello que ha hecho. Pero, ¿y si no fuera un drogadicto, sino cualquiera de nosotros? Cuántas veces a lo largo de la vida nos hemos sentido miserables por algo que hemos hecho. De manera que, la obra hace apología a la debilidad humana, al dolor desgarrador y a la ignominia que experimenta una persona. 5 Sector 6 Esta obra representa de forma parcial la realidad de dicho sector. El poblado está formado por tiendas de campaña y chabolas construidas a base de materiales pobres y escombros. Allí, pobres o ricos, hombres o mujeres se mezclan, pues la adicción no hace diferencia entre unos y otros. En este asentamiento, situado a las afueras de Madrid, malviven una gran pluralidad de culturas.
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viernes, 9 de diciembre de 2022
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