sábado, 2 de enero de 2021

Una barra libre electoral en el Barcelona

Cuando faltan tres semanas para que se celebren las elecciones a la presidencia del Barcelona ya se conocen los precandidatos que pretenden suceder a Josep Maria Bartomeu, aunque no todos ellos conseguirán las 2.257 firmas necesarias para pasar el corte que les permita sumergirse en la batalla final. Superar la barrera de los primeros apoyos es vital y ninguno de ellos está escatimando esfuerzos para recabar la confianza de un socio desencantado y ávido de alegrías, ilusiones y proyectos novedosos. Lo saben los precandidatos que pergeñan estrategias con las que atraer al votante, aunque no todas las iniciativas tengan un fondo loable. No hay nada como poner nombres llamativos encima de la mesa para prestigiar su candidatura. Atendiendo a que el aficionado presta más atención a lo que pasa en el terreno de juego que en los despachos, poco importa el elenco de empresarios que conforme cada propuesta. Cualquier futbolista mediático puede deslumbrar y decantar unas elecciones. Le pasó a Florentino Pérez con Figo en el año 2000 o tres años después a Joan Laporta con un David Beckham que nunca llegó al club azulgrana. En esta ocasión varios han sido los precandidatos que han tratado de arañar votos prometiendo fichajes que no jugarán en el Barcelona. El último de ellos, Emili Rousaud, el vicepresidente dimisionario que renegó de Bartomeu cuando éste le había convertido en su delfín continuista. El empresario, cuyo vicepresidente deportivo sería el prestigioso exrepresentante de futbolistas Josep Maria Miguella, anunció contactos con Haaland y un principio de acuerdo para fichar al delantero de moda en Europa. Al día siguiente, el representante del noruego lo desmentía. «Noticias falsas. Nunca he hablado con ningún candidato a la presidencia del Barça por Haaland y no lo haré. Si hay un nuevo presidente electo en enero, puede llamarme», soltó Mino Raiola, que mantiene una excelente relación con Joan Laporta. Los nombres de Xavi Hernández y Jordi Cruyff también se han vinculado al futuro del Barcelona desde la candidatura de Víctor Font, que ha fundamentado su proyecto deportivo sobre la piedra angular del exjugador. No obstante, el líder de «Sí al futur» ha recibido un par de misiles a la línea de flotación con la renuncia pública de ambos. Primero fue Xavi el que explicó en una carta que había tomado la decisión de quedarse en Qatar hasta que se celebrara el Mundial, a finales de 2022. Jordi Cruyff también se bajó del barco de Font: «Estoy centrado en mi compromiso con el Shenzhen y al margen del proceso electoral». Ha encajado el golpe Font de forma impertérrita, amparándose en su proyecto, que dice estar por encima de nombres. Es el motivo por el que reclama debates electorales (solo hay uno confirmado, el 22 de enero en TV3), propuesta a la que se suman Toni Freixa y Agustí Benedito. Otros precandidatos optan por iniciativas más terrenales para convencer al socio. El más imaginativo ha sido Jordi Farré, que cambia firmas de apoyo por tatuajes y pizzas de Fabián Martín, campeón del mundo en esta disciplina culinaria. El ingeniero ya ha repartido 500 pizzas, aunque anda lejos del total de apoyos necesarios para pasar el corte. Original y solidaria también ha sido la propuesta de Toni Freixa, que recientemente presentó a Lluis Carreras como director de fútbol. El abogado ha decidido donar un kilo de arroz por cada firma recibida. La campaña de Laporta Joan Laporta, al que las últimas encuestas dan como máximo favorito para ganar los comicios, ha decidido sacudir el orgullo del socio con una campaña impactante. Cubrió toda la fachada de un edificio de 13 plantas colindante al Bernabéu con una lona con su imagen y el slogan «ganas de volver a veros». Provocación y genialidad fueron las palabras más utilizadas para definir la acción de un precandidato que aún no ha anunciado ningún fichaje y que sabe que la prudencia y no cometer errores pueden darle el triunfo definitivo.

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