Arriba los corazones para transformarlos en puro amor. Esta propuesta forma parte del carisma de los Padres de los Sagrados Corazones a quienes está encomendada la parroquia de San Víctor, calle Ramón Gómez de la Serna, 101. Hablemos de la zona. En los años sesenta, cuando se erigió la parroquia, comprendía un territorio de múltiples denominaciones. No estaba muy lejos la llamada Peña Chica, núcleo de población de casas bajas, hoy desaparecido, entre la actual Ciudad de los Poetas de Saconia y la parte sur del Barrio del Pilar. Lacoma, Peña Grande, Peña Chica y algunos otros poblados como La Veguilla, cerca de Peña Grande, y Valdeyeros o La Cruz del Cura, en dirección a las tapias de El Pardo y Pitis, son nombres que se conjugan en esta geografía de presencia de los religiosos. Un Madrid años más tarde de casas de empresa, por ejemplo la urbanización de empleados de Telefónica, convertido hoy en una apacible zona residencial que conjuga las viviendas unifamiliares con urbanizaciones bien resguardadas. Impronta joven Parroquia y colegio. La parroquia de San Víctor y el colegio Virgen de Mirasierra. No en vano, la comunidad que atiende la parroquia también trabaja en la dirección y en la atención pastoral del colegio. El párroco es el joven religioso Pablo Márquez Vázquez, natural de Sevilla, que lleva ya cuatro años por aquí. Los PP. José Luis Pérez e Ignacio Moreno también están al cargo de una parroquia que es casa de formación de la Congregación, hoy con dos religiosos estudiantes. Esta impronta joven de los religiosos hace que una de las características de san Víctor sea el movimiento juvenil, más de cien jóvenes implicados en diversas actividades y ciento veinte adultos, también de edades no avanzadas, en comunidades de fe. En un barrio en el que se ha producido un cambio generacional con una notable llegada de inmigrantes en algunas de sus zonas. En el territorio también están presentes los Hermanos de La Salle y la comunidad Pro Ecclesia Sancta. La Cáritas parroquial atiende a cien familias de la zona, de las cuales treinta y cinco han acudido por primera vez en búsqueda de ayuda en la pandemia. Un período en el que el templo no se cerró y en el que se vivió un auténtico estado de emergencia en la comunidad de religiosos por la atención a los fieles que demandan compañía ante la soledad, gestiones diversas, coordinación con el centro de salud y servicios sociales. Kamiano es el nombre de un proyecto de actividades de ocio y tiempo libre para los niños y preadolescentes del barrio. Calor y café es el nombre de otra iniciativa destinada a acercar a la comunidad parroquial, y en particular a los jóvenes y alumnos, a la realidad social de las personas sin hogar. Fieles laicos Según el P. Pablo «cualquier persona que quiera integrarse en la parroquia tiene su sitio. Intentamos crear hogar, que cada persona se sienta a gusto, que sea una prolongación de sus propias casas». No hay que olvidar que, pese a que se ha producido un cambio de párrocos con cierta frecuencia, los fieles laicos tienen una especial implicación en las tareas parroquiales, con lo que garantizan una continuidad en la vida de la comunidad. Existe un auténtico liderazgo responsable por parte de los laicos. Dentro de los nuevos proyectos que se han puesto en marcha destacan las Cenas Alfa, destinadas a personas alejadas de la Iglesia y que con una metodología de encuentro y diálogo hacen posible un clima de adecuada comprensión del sentido de la vida y de la propuesta de la fe. Pero la clave de esta parroquia es el carisma de los PP. de los Sagrados Corazones, «Contemplar, vivir y anunciar al mundo el amor de Dios encarnado en Jesús». «La fe en el amor personal, tierno e incondicional de Dios por nosotros y la forma bondadosa con que él guía nuestras vidas y la figura de María como compañía a lo largo del camino, por su fe, su silencio y su entrega de todo corazón», como reza uno de los textos de presentación de esta señera Congregación.De España https://ift.tt/2JALCPA
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