martes, 4 de agosto de 2020

Sánchez defiende a la Monarquía tras presionarla durante semanas

La salida de Don Juan Carlos de España eclipsó ayer, como no podía ser de otra manera, el balance de legislatura que había preparado el jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, para su última rueda de prensa antes de irse de vacaciones. De nada sirvió que el líder socialista dedicara una hora completa a volver a sacar pecho de su gestión. Las preguntas sobre la planificación de la operación, las grietas abiertas en el seno de la coalición o el paradero del padre de Felipe VI focalizaron una comparecencia en la que Sánchez no quiso arrojar ningún tipo de luz sobre las incógnitas y se centró en defender la decisión de la Casa del Rey. Un aplauso que llega tras semanas de presiones para que esta Institución adoptara medidas más contundentes contra Don Juan Carlos. «El Gobierno manifiesta su absoluto respeto a la decisión que ha tomado la Casa Real por cuanto representa de distanciamiento de supuestas conductas cuestionables y reprobables por parte de un miembro de la Casa Real», arrancó su valoración. «La línea marcada por la Casa Real es, a mi juicio, adecuada», añadió, esforzándose una vez más por diferenciar a Felipe VI de su padre. Sin citar a Don Juan Carlos Hace tan solo un mes, el pasado 8 de julio, Sánchez consideraba «inquietantes y perturbadoras» las noticias que se publicaban sobre el padre del Rey y, los días siguientes, distintos miembros de su equipo empezaron a aseverar que el Gobierno saludaría que Don Felipe adoptara nuevas medidas. La salida del padre del Monarca fue pactada entre éste y su hijo alrededor de una semana después, a mediados de ese mes. Ayer, Sánchez se cuidó en todo momento de no aludir ni aplaudir la renuncia que la salida supone para Don Juan Carlos ni de destacar la relevancia histórica de su reinado. El líder del Ejecutivo también censuró a quiénes aprovechan el escándalo para poner en cuestión la continuidad de la Monarquía. «En este país ha habido supuestos casos de corrupción en partidos políticos y agentes sociales que han afectado a partidos y agentes sociales, y no se ha cuestionado la pertinencia de los partidos o los agentes sociales. No se juzga a las instituciones, se juzga a personas», recordó. Apenas unas horas antes, el presidente de la Generalitat, Quim Torra, había exigido la abdicación de Felipe VI. El líder socialista continuó poniendo en valor que «la respuesta es la que corresponde a una democracia vigorosa», antes de justificar que «España necesita de estabilidad y de instituciones robustas, que tienen que abonarse con ejemplaridad, transparencia y regeneración». Una tesis acertada pero que no se cumple en el caso del Gobierno de coalición. Sanidad mantiene oculto el número de fallecidos reales por coronavirus, La Moncloa se niega a hacer públicas las alertas que el Departamento de Seguridad Nacional recibió sobre el Covid-19 y el vicepresidente segundo está salpicado judicialmente por el «caso Dina». Nueva brecha con Podemos La salida de Don Juan Carlos ha abierto una nueva brecha en el seno de la coalición que ayer Sánchez intentó ocultar. «Mi Gobierno considera plenamente vigente el pacto constitucional», repitió varias veces, ignorando los ataques que Unidas Podemos viene lanzando contra la Corona. El jefe deli Ejecutivo remarcó, explícitamente, que dentro del marco constitucional se encuentra «la Monarquía parlamentaria». Tampoco quiso entrar en el malestar de su socio por no haber sido informado del movimiento de Don Juan Carlos. Sánchez justificó su silencio por la «confidencialidad» .y «discreción» que preside sus despachos con Don Felipe. La vicepresidenta primera, Carmen Calvo, sí fue informada por el líder del Ejecutivo y la Casa del Rey planificó esta operación con ella, a espaldas del vicepresidente segundo y líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias. Lo único que Sánchez reconoció fue la existencia de «diferencias» entre PSOE y Unidas Podemos en algunas materias pero rebajó su trascendencia y las consideró lógicas al tratarse de dos partidos distintos. Para el jefe del Gobierno lo importante es tener una hoja de ruta compartida. En este sentido, y pese a los cada vez más frecuentes encontronazos entre ministros socialistas y podemitas, dijo estar «orgulloso» del trabajo de la coalición en su conjunto y de todos y cada uno de sus ministros. No obstante, el retraso en la comparecencia del presidente sí dio muestra de que, una vez más, el Consejo de Ministros mantuvo un debate intenso ya que Sánchez volvió a hacer esperar largamente a la prensa, dos horas esta vez. Su comparecencia se anunció inicialmente alrededor de las 13:00 horas, unas tres horas después del arranque del Consejo de Ministros, pero la discusión en este órgano no terminó hasta las dos de la tarde y el jefe del Gobierno no compareció hasta las tres del mediodía. Sin noticias del padre del Rey El mutismo del líder socialista también se extendió a la nueva situación del padre del Rey. Sánchez dijo no tener «información» sobre el paradero de Don Juan Carlos, ni sobre cómo se pagarán sus gastos de seguridad o cuál será su medio de vida ante la retirada de su asignación. Un desconocimiento que, a priori, parece difícil de creer dada su condición de jefe del Gobierno. El líder socialista incidió en que Gobierno y Corona son «dos instituciones distintas» y aludió a que el Rey reparte la asignación que recibe de los Presupuestos de manera libre. El jefe del Ejecutivo sí destacó varias veces que el viaje del ex-jefe del Estado no implica una evasión de la Justicia puesto que ha dicho quedar a disposición de los tribunales «como cualquier otro español». Una reclamación que ayer trasladaron varios barones socialistas como el presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, o socios del Gobierno como el PNV.

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