sábado, 23 de mayo de 2020

La estrella de Angelina Jolie pierde su fuerza

Desde que, siete años atrás, en una extensa tribuna publicada en «The New York Times» Angelina Jolie (44 años) desveló que se había sometido a una doble mastectomía para reducir las altas probabilidades que tenía de sufrir un cáncer de mama, las páginas de este periódico, así como las de la revista «Time», han sido el mejor expositor de sus pensamientos, opiniones y preocupaciones. Siempre, orbitando en torno a la infancia, la salud y la maternidad. Días atrás, en el rotativo neoyorquino publicó otro artículo en homenaje a su madre, Marcheline Bertrand, fallecida en 2007 y a quien reconoció sus sacrificios cuando «mi padre (el actor John Voight) tuvo una aventura y a ella le cambió la vida». Y poco antes, la actriz, directora y activista había explicado en «Time» cómo está siendo su confinamiento junto a cinco de sus seis hijos (Maddox, el mayor, se encuentra en Corea del Sur, donde estudia Bioqímica) en el interior de la mansión donde vivió el productor Cecil B. DeMille hasta su muerte, en 1959, y por la que Jolie pagó 23,5 millones de euros. Para ella, que reconoce no aplicar una estructura educativa «convencional», tener a sus hijos alrededor es una «bendición» y un reto en lo referente a los estudios. «Las cosas que afectan más a los niños, desde mi punto de vista, están relacionadas con su educación. Conozco padres de muchos países que educan a sus hijos en casa y, al final, es más difícil para los padres que para los niños», dijo. También expresó su preocupación por «la inseguridad que afecta a millones de niños. Esta pandemia traerá inseguridad, hambre y abusos (...). Es un momento de indignación, aunque todavía creo en la humanidad y mantengo la esperanza». Frente al caos Angelina dibuja de sí misma una imagen de madre entregada con una familia unida. Sin embargo, en los últimos tiempos son muchas las ex asistentes y cuidadoras que, según diversos medios estadounidenses, como la revista «People», han dejado su trabajo frustradas y agotadas ante el caos y la poca disciplina en el hogar de la actriz. De hecho, Brad Pitt (56) ha exigido durante su largo y difícil proceso de divorcio (a pesar de los más de 3 años que llevan separados, aún no ha sido firmado por falta de acuerdo) que sus hijos se matricularan en un colegio y no estudiaran en casa. Una petición que el juez aprobó tras la presentación de múltiples informes y pese a que Jolie le había acusado de ejercer abusos físicos y psicológicos sobre los críos. En casa de Angelina, los Jolie-Pitt dan rienda suelta a su creatividad con un estilo de vida libre de reglas y de toda estructura. Un caos que varios trabajadores que han pasado por allí describen como «una comuna hippy». Las historias de los niños Jolie-Pitt son legendarias en Los Ángeles: se cuenta que en los cumpleaños a los que son invitados corren desenfrenados por casas y jardines o que su padre es el único capaz de impartir sentido común. Según fuentes cercanas al actor, Angelina es una «madre maravillosa» cuando las cámaras están cerca, aunque, de puertas adentro, se encierra en su despacho y se enfrasca en sus proyectos, con alguna que otra interrupción para controlar a las nannies que lidian con la chavalería. Los escasos amigos que aún le quedan en común con Pitt tratan de mediar, pero para la actriz o están con ella o están contra ella. El mundo está en paralizado y la guerra de los Jolie-Pitt sigue viva. Sin embargo, de cara a la opinión pública y a la industria del entretenimiento el actor va ganando. Mientras que Jolie está cada vez más aislada tras una serie de proyectos fallidos (solo «Maléfica» le ha reportado cierto éxito), la hiperactividad de Pitt (como productor y en televisión) ha disparado su popularidad. Tras sus años más oscuros, hoy en Hollywood todos aman a Brad Pitt.

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