La final se torció muy pronto para el Tottenham, y para Pochettino. A los 22 segundos, el penalti señalado por Skomina dejó petrificado al técnico argentino. Sorbo de agua, cabeza baja y un par de indicaciones a sus ayudantes, y todo ello sin levantarse de su asiento en el banquillo. Seguramente en ese momento poco le importaba, pero su equipo acaba de recibir el tercer gol más rápido de la historia de las finales de Copa de Europa. Una bronca con Skomina, reclamando una amarilla para Robertson, le hizo soltar toda la adrenalina. En la segunda mitad, la chaqueta de su clásico traje negro ya no la aguantó más, y aumentó sus aplausos y ánimos al equipo, pero sin suerte. El destino, tan del lado del Tottenham en los cruces de Champions, esta vez no hizo acto de presencia y como sus pupilos, se marchó con la sensación de oportunidad perdida «Nadie se acuerda en la finales de quién jugó mejor. Lo importante es ganarla, y ganó el Liverpool. Le felicito porque ha hecho una gran temporada. Klopp se lo merece», explicó el argentino, que quiso ensalzar el valor de su equipo: «Este club ha priorizado un estadio a lo deportivo. Nos hemos gastado cero pounds en fichajes. Y hemos acabado la Premier en puestos de Champions y hemos llegado a la primera final de nuestra historia». No fue tan claro Pochettino a la hora de hablar de su continuidad en la entidad londinense: «Ya habrá tiempo de hablar mi de mi futuro. Ahora tenemos que asimilar esta derrota, sentirnos orgulloso y hablaremos en los próximos días». La Juventus, sin entrenador, podría ser su próximo destino.De Deportes http://bit.ly/2IgRZmF
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