viernes, 22 de abril de 2022

Maratón de Madrid: La normalidad se mide en 42 kilómetros

Hace no mucho tiempo, cuando el reloj marcaba las diez de la noche, los madrileños corrían con zapatillas, zapatos o lo que calzaran en ese momento para cruzar la frontera de su edificio y evitar que una sanción minara su economía por incumplir el toque de queda. Parecen lejanos ya esos momentos, ahora que, por fin, la mascarilla se ha evaporado en la mayoría de emplazamientos y regresan con normalidad los grandes eventos. Uno de los más esperados cada año en la capital es, sin duda, el tradicional maratón de Madrid, celebrado desde 1978 y que se había visto afectado por la pandemia. Los madrileños volverán a correr, pero esta vez con gusto, por superación, no por desesperación. Ya lo hicieron en septiembre del año pasado, pero a medio gas, con el Covid golpeando todavía con dureza. No será así este domingo, cuando 39.000 participantes, mayores de 18 años y procedentes de diversos lugares del planeta, se calzarán de nuevo las zapatillas para disfrutar de la catalogada por muchos como «la carrera más bonita de España». El ahora denominado Zurich Rock ‘n’ Roll Running Series Madrid, que celebrará su 44 edición este año, tiene marcado un recorrido con una distancia de 42.195 metros por las calles más emblemáticas de la ciudad, con importante participación de profesionales. Eso para los más atrevidos o preparados, puesto que también se puede realizar el medio maratón (21 kilómetros) e incluso la versión más corta, con 10 kilómetros para patear. El pistoletazo de salida lo darán los corredores de los 10.000 metros a las ocho de la mañana, para una más tarde sumarse los participantes del medio y el maratón. Había muchas ganas. «Llevo preparando el medio maratón desde hace seis meses. Me apunté en un club de 'running' en El Retiro para mejorar la carrera. Hice el medio en 2019 antes de la pandemia y es muy duro, porque empieza con cinco kilómetros de cuesta y me quise preparar mejor este año. Me hace mucha ilusión porque tengo el dorsal de la carrera de 2020, que fue suspendida, y me la habilitaron nuevamente este año», cuenta emocionada Carolina, que se prometió que en esta edición marcará su propio récord. Desde 2019 no se realizaba «con normalidad» el trayecto que cruza a la carrera los lugares más emblemáticos de la capital, ya que el protocolo sanitario obligaba a establecer ciertas restricciones. Pero este domingo regresará el evento en un contexto de jolgorio. «El ambiente de la ciudad es muy especial, es un día festivo para el deporte popular. Este año, además, Madrid tiene la consideración de Ciudad del Deporte 2022, este tipo de eventos hay que apoyarlos. Todos estamos con ganas de disfrutar de la normalidad. Está la ciudad a tus pies y es una experiencia muy interesante», cuenta a ABC mientras recoge el dorsal en Ifema Javier Sanz, de 46 años, que trabaja como jefe de pagos de Adif. «He hecho tres veces el maratón, en 2016, 2017 y 2018. En 2019 hice el medio maratón y este año repito porque el 8 de mayo haré también la de Barcelona», añade este madrileño. Lucía, de 26 años, tras recoger su dorsal para el maratón de Madrid - Guillermo Navarro Pero el maratón de Madrid, que este año incorporará las bandas de animación durante el recorrido de nuevo, no es frecuentada solo por asiduos a estos eventos. Lucía Muñoz, de 26 años, debuta como corredora de un medio maratón. «Fue un propósito de año nuevo. Ya había corrido alguna vez diez kilómetros, pero me hablaron de esta carrera y voy a tratar de conseguirlo con varios amigos. Quiero lograr esta meta que me he propuesto y ver si el año que viene puedo hacer el maratón entero», apunta a este periódico. «Además viene genial para llegar bien a verano», sentencia entre risas esta joven, que ejerce como reponsable de logística en una constructura. Será, por tanto, la primera vez que disfrute de las vistas privilegiadas de aquel que va atravesando dando zancadas el Paseo de la Castellana, el barrio de Salamanca o el entorno del 'Paisaje de la Luz', declarado el año pasado como Patrimonio Mundial por la Unesco. Eso sí, el recorrido ha tenido alguna ligera modificación que ciertos veteranos recuerdan mientras recogen su pertrecho en la Feria de Madrid. «No está la Puerta del Sol, que está de obras, y la echamos de menos», apostilla Alberto Herranz, un empresario hostelero que se vestirá de corto por quinta vez en la capital para correr los 42 kilómetros. El jubilado estadounidense Greg Tigsdale sujeta el dorsal junto a su hija Kenny - Guillermo Navarro En cuanto al impacto económico de la prueba, según señalan desde la organización, el Zurich Rock ‘n’ Roll Running Series Madrid será «un gran aliciente para el turismo» y un escaparate perfecto para que la ciudad «sea reconocida en todas partes del mundo», a tenor de los cerca de 10.000 corredores extranjeros provenientes de alrededor de 110 países que compran su dorsal cada edición. Entre ese 30 por ciento aproximadamente de foráneos que correrán este año, se encuentra Greg Tigsdale, un jubilado de 65 años, original de Tucson (Arizona), que ha aprovechado a hacer un parón de varios días en su periplo por la Península Ibérica para vestirse de corto junto a su hija Kenny. No es la primera vez que lo hacen juntos, pero sí se estrenan en Madrid. «Esto era parte de nuestro viaje. Mi hija y yo corremos juntos por diversión por todo el mundo, pero ya he participado en carreras en otros lugares como San Diego. Mi objetivo es cruzar la línea de meta y hacer un buen tiempo», dice este estadounidense, convencido de que completará los 21 kilómetros que se ha marcado como colofón a su estancia en España.

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