jueves, 28 de abril de 2022

Celebración de la Liga: Una Cibeles blindada se quita la mascarilla ante el alirón del Real Madrid

«Historia que tú hiciste, historia por hacer, porque nadie resiste tus ganas de vencer». La diosa Cibeles puede volver a cantar mañana, rodeada por millares de aficionados, los versos del himno del Real Madrid. Lo hará cinco años después de su última celebración acompañada, en una esperada cita en la que se vestirá de blanco y se quitará la mascarilla, después del título de 2020 que estuvo marcado por las restricciones del coronavirus y en el que los hinchas, atendiendo al llamamiento de las autoridades, corearon la victoria en solitario en sus domicilios. La gesta, histórica, se grabará en números redondos si el equipo de Chamartín gana o empata ante el Espanyol: 35 ligas. Y, ante la más que previsible victoria y concentración de futboleros en la plaza, el Ayuntamiento de Madrid ha preparado ya un dispositivo de seguridad que volverá a blindar a la diosa en una fiesta que recordará a las de antaño, con aires de normalidad recuperados. El céntrico enclave comenzará a vallarse esta tarde para que nadie consiga acceder a la fuente y garantizar tanto la seguridad de los madridistas como la de los jugadores. El dispositivo de Policía Municipal, informan desde el Área de Seguridad y Emergencias, estará formado por un refuerzo de 200 agentes de las Unidades Centrales de Seguridad, de Tráfico y de las Unidades Integrales de Distrito. A ellos se sumará la Policía Nacional, que colaborará en el operativo y controlará que no se produzca ningún altercado que empañe la jornada. El autobús blanco volverá a transitar el paseo de la Castellana, que estará cerrado al tráfico rodado, así como el ámbito que comprende el entorno del paseo del Prado y la calle de Alcalá, desde la plaza de la Independencia hasta la confluencia con Gran Vía. El vehículo descapotado del conjunto de Carlo Ancelotti será escoltado por agentes municipales desde el estadio Santiago Bernabéu, desde donde previsiblemente partirán alrededor de las 19.30 horas, hasta la fuente, epicentro histórico de la celebración de los títulos merengues. Falsificaciones Pero no solo en Cibeles habrá dispositivo. Agentes municipales, horas antes de que el balón empiece a rodar en el césped, a las 16.15, llevarán a cabo controles para evitar la venta de falsificaciones, tanto de entradas como de atuendos, en la zona del Bernabéu y en las calles del centro de la ciudad. Asimismo, la Policía Municipal establecerá un anillo de seguridad en el entorno de Cibeles y diferentes cortes de tráfico y control de personas. Estos se harán en la Puerta de Alcalá, paseo del Prado, Gran Vía y calle de Alcalá, y tienen como objetivo el conteo de aficionados y el control de objetos peligrosos. «Se hará un control durante todo el recorrido del Real Madrid desde el estadio Bernabéu para que no acceda gente a la calzada y se irá abriendo el tráfico según avance la caravana», añaden fuentes del Área de Seguridad y Emergencias. Los jugadores, en su recorrido habitual, pasarán por Nuevos Ministerios, plaza de San Juan de la Cruz, plaza de Gregorio Marañón, Emilio Castelar, Colón y, finalmente, Cibeles. A pesar de que ya no existen restricciones con motivo del coronavirus, la capacidad de seguidores que se permitirá que accedan a la plaza será «la que garantice la seguridad». Los agentes podrían cortar, en cualquier momento de la celebración, la plaza de Cibeles y su entorno si estuviera muy llena o cuando se acerque la comitiva. Para ello, en la zona estará desplegado en preventivo Samur-Protección Civil por si se fuese necesaria su intervención. Habrá 30 efectivos divididos en cinco unidades de soporte vital básico, tres unidades de soporte vital avanzado y un puesto sanitario avanzado, por si se precisase su intervención en caso de que alguna persona resultase herida o sufriese alguna afectación en la salud. La última vez que los jugadores del equipo blanco se consagraron y ofrecieron el título a su diosa, con público alrededor, fue en 2017. La Liga 33 se celebró con 48.000 seguidores que se desplazaron hasta el epicentro de la capital. Mucho ha llovido desde entonces. Ya no será Sergio Ramos quien coloque la bandera y la bufanda en la meca madridista, sino que lo harán Marcelo y Benzema desde el vehículo descapotado. La Champions La vista estará puesta en el ambiente festivo que tendrán a sus pies pero la mente, siempre, en el partido del miércoles contra el Manchester City que puede llevarlos a la final de la Champions League. Debido a los pocos días entre ambos encuentros se prevé que la celebración, este año, no se alargue hasta la madrugada, al contrario de lo que ocurrió hace un lustro cuando los jugadores aterrizaron en Madrid a la una de la madrugada procedentes de Málaga y se dirigieron al Bernabéu. Los últimos flecos que quedan por atar del dispositivo son los cortes de tráfico y a la movilidad. Siempre que sean similares a los acometidos en anteriores victorias, afectarán desde el estadio hasta la glorieta de Carlos V. Las vías se irán abriendo a los coches paulatinamente, conforme avancen los festejos. Para evitar las molestias y favorecer el uso del transporte público durante la jornada, se prevé que Metro refuerce los trenes en las principales líneas para compensar también los desvíos de los autobuses de la EMT. Además, este año la zona está marcada por las obras de remodelación de la calle de Alcalá, que comprenden el tramo desde Cibeles hasta la calle de Cedaceros. Todo el área está vallada y señalizada, incluida la parte de pavimento que se renovará. Pero nada de esto empañará el día grande del equipo que cantará el alirón antes de que termine la temporada. «Ya salen las estrellas, mi viejo Chamartín, de lejos y de cerca nos traes hasta aquí». Desde ese viejo Chamartín hasta Cibeles, la ciudad puede vestirse mañana de blanco. Una vez más.

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