viernes, 29 de abril de 2022

El adiós de la leyenda Marcelo: gloria y resignación

El 31 de octubre de 2018, cinco meses después de la conquista de la Decimotercera, Marcelo tenía un valor de mercado de 70 millones de euros y era considerado uno de los mejores laterales izquierdos del mundo. Cuatro años después, Marcelo está tasado en 3 ‘kilos’ y podría estar viviendo sus últimos momentos como futbolista profesional. Al menos, eso seguro, sí lo son como futbolista del Real Madrid, el club de su vida de dónde se va a retirar siendo una absoluta leyenda. Si esta tarde el Madrid empata o gana con el Espanyol (16.15 horas), lo que cerraría definitivamente su Liga número 35, Marcelo sumará su título 24 con la camiseta del Madrid, convirtiéndose en el futbolista con más títulos de la historia del club, por encima de Gento (23), Sergio Ramos (22), Sanchís (21) y Benzema (20, que serían 21). Es complicado explicar cómo un jugador con las condiciones y el talento de Marcelo se vino abajo de la noche a la mañana. En el ciclo de cuatro de cinco Champions fue un futbolista diferencial, algo nada sencillo cuando eres un lateral. Su manera de entender el fútbol, llena de valentía, acciones inesperadas y sobrada capacidad para generar zozobra en las defensas rivales con sus atrevidos eslalon convirtieron la banda izquierda del Madrid en una pesadilla para las defensas rivales, pero todo aquello desapareció en un parpadeo, cuando nadie lo esperaba. El embrión lo puso Solari, el primer entrenador que le mandó al banquillo, lugar de dónde ya no regresó, porque tampoco levantó el vuelo en las segundas etapas de Zidane y Ancelotti en el banquillo blanco. Su físico comenzó a deteriorase, su musculatura a resentirse en más ocasiones de lo que lo solía hacer y el fichaje de Mendy en el verano de 2019 fue la puntilla. «Marcelo ha llevado todo este tiempo de degradación con resignación cristiana. Él es feliz de estar donde está, pero es consciente que su tiempo en el Madrid ha acabado», explican en el club. Su última temporada de blanco ha sido la de menor participación. En total, solo 701 minutos entre todas las competiciones. No ha visto portería y ha dado una sola asistencia, pero eso no ha sido óbice para ser uno de los futbolistas más respetados y queridos del vestuario. Tanto por la plantilla como por Ancelotti: «Marcelo ha sufrido como jugador, porque no ha jugado muchos partidos, pero sigue siendo un profesional fantástico y siente el peso de ser el capitán del equipo. Siempre ha entrenado bien y ha merecido más minutos. Todas las veces que le sido utilizado ha cumplido. Tiene todo mi respeto», explicó ayer el italiano en la sala de prensa de Valdebebas. Marcelo tuvo un buen maestro en Sergio Ramos, mucho más que su compañero durante doce años: «Es un hermano mayor para mi. Me ayudó muchísimo en mi carrera dentro del club», dijo hace dos meses en El Hormiguero. Uno de los puntos álgidos de su amistad tuvo lugar en la celebración de la Decimotercera, en 2018: «Yo estaba muy nervioso y me dijo Ramos ‘tu pones la bufanda conmigo en la Cibeles’. Fue un detalle brutal, no tenía por qué hacerlo, porque era su momento. Nunca lo olvidaré». De él aprendió todo lo que este año ha puesto en práctica como primer capitán. Ha ayudado en todo lo que ha podido a los más jóvenes y ha seguido siendo uno de las voces más autorizadas del vestuario, pese a su poca participación sobre el verde: «Siempre ha intentado sumar, pese al golpe que supone para un fuera de serie de su envergadura asimilar que su luz se apaga», explican en el vestuario. Homenaje del club El Madrid tiene preparado para él un homenaje a la altura de su figura. Un acto parecido al de Ramos la pasada temporada, pero la idea es abrirlo al público, una vez que la pandemia ya no es motivo para que no sea así. La foto de Marcelo con las 24 (25 si se gana también la Champions) copas que va a ganar con la camiseta del Madrid y el aplauso de su gente, que como ha mostrado en los últimos partidos del Bernabéu le adora, sería la mejor despedida para el brasileño. ¿Y qué será de Marcelo a partir del 30 de junio? Nadie conoce la respuesta. De hecho, ni siquiera él lo tiene claro todavía. Su deseo es seguir jugando al fútbol, pero hay un motivo de peso que le vincula a Madrid, que es su hijo mayor Enzo, que juega de delantero en el infantil B de la Fábrica. Permanecer en la capital le dificulta mucho seguir vestido de corto. Por su cabeza no pasa jugar en otro equipo de España, y marcharse fuera tiene el hándicap de ese componente familiar. Retirarse y pasar a ser embajador del Madrid es otra opción, pero la realidad es que de momento su próximo paso en la vida está en al aire.

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