El Irwell, afluente del Mersey, tiene un cierto aire al Támesis, pero no tanto como para acercarse al encanto bucólico del río londinense. En sus escasos 63 kilómetros de vida, el Irwell atraviesa el ‘downtown’ de Mánchester, una ciudad que pelea desde hace unos cuantos años por sacarse de encima esa fama, ganada a pulso, de urbe industrial, gris, aburrida y con un interminable número de cielos plomizos que hacen de la ciudad poco atractiva para el turismo local y foráneo. En los últimos años, distintas aperturas hosteleras y de ocio en King Street, su calle más popular, y el cambio de mentalidad provocado por la pandemia en buena parte de la sociedad hacia un intenso y entregado disfrute de la vida han hecho de Mánchester una ciudad algo más colorida. Le queda mucho para lograr esa transformación que en su día logró Bilbao, por si les vale la comparación, pero la ciudad de Cristiano y de Guardiola ya no es una insípida fotocopia en blanco y negro y sin apenas tinta. La evolución es real. Y hacia mejor. El impulso de sus dos grandes equipos de fútbol también ha colaborado a esta mejora. Es verdad que los brillantes días del United hace tiempo que forman parte del pasado, pero pelea por recuperarlos a la par que el otro gran rival de la ciudad, el City, domina la Premier desde hace ya más de un lustro y es, temporada tras temporada, uno de los grandes favoritos a la Champions. Doce meses después, el equipo de Guardiola busca su segunda final consecutiva, pero para ello tendrá que deshacerse del Real Madrid, palabras mayores: «La historia está ahí. Jugamos contra futbolistas que han estado en estas situaciones y más allá, llegando a finales y ganándolas muchas veces. A nosotros nos falta eso», recuerda Pep, que en esta ocasión rehúye de la batalla de estilos: «De esto no tengo nada que decir». Los cuartos ante el Atlético han hecho daño. La agria polémica que rodeó el doble enfrentamiento acabó con el Cholo acusando veladamente a Pep de alabarle con un desprecio gracias a su rico léxico e inteligencia. Guardiola, sabedor que el Madrid no es el Atlético, prefiere en esta ocasión mantenerse al margen, pero Ancelotti no se esconde: «En fase defensiva, si no tienes el equipo compacto vas a a sufrir. Eso significa tener compromiso. Habrá momentos en que ellos tendrán el balón y cuando el City tiene el balón no puedes mirar lo que hace, tienes que quitárselo y luego aprovecharlo con posesión y salida, juego vertical, o con duelos uno contra uno». Lo enfrentamientos del técnico de Santpedor frente al Real Madrid, primero en el Barça, luego en el Bayern y ahora en el City siempre han generado bastante ruido con el tan manido asunto del estilo. Con el equipo azulgrana acusó al Madrid de Mourinho de jugar al contragolpe, dando a entender que no era un arma lo suficientemente legítima u honorable como para llevarla a cabo. Algo parecido hizo en el banquillo bávaro. La contundente derrota en las semifinales de la Champions 13-14 (1-0 en el Bernabéu y 0-4 en el Allianz) fue calificada por Pep como la victoria de un equipo de atletas. Ya en el City, en enero de 2019, dejó al Madrid fuera de los mejores equipos de Europa por el escaso número de ligas (dos) que había ganado en los últimos años, obviando su brillante etapa de cuatro de cinco Champions. Cierto es que en la eliminatoria de hace dos años, ya también rehuyó el debate de estilos para elogiar el gen competitivo del Madrid. Pep repitió el guion: «Siempre me ha gustado el Real Madrid, desde que jugaba al fútbol. La calidad que tienen no es casualidad. No es suerte lo que hacen». Defensas en cuadro En una eliminatoria tan igualada, con ambos equipos en un óptimo momento de forma y cerca de ganar sus respectivas ligas, el estado físico de alguno de sus jugadores será clave. En el City, la línea defensiva está bastante lastimada. Cancelo es baja por acumulación de amonestaciones, Aké está entre algodones y los lesionados Stones y Walker no se ejercitaron ayer con el resto de compañeros. En el Madrid, también hay inquietud con tres pilares fundamentales en el esquema defensivo: Mendy lleva mes y medio acumulando problemas musculares que le están obligando a forzar en los partidos de Champions para luego pasarse dos semanas de recuperación, y Alaba y Casemiro están entre algodones: «Mendy está bien. Tengo dudas sobre Alaba y más dudas sobre Casemiro» Ancelotti ya sabe lo que supone apostar por un jugador que no está al cien por cien. Le sucedió con Benzema en París, en la ida de octavos ante el PSG, y el equipo lo pagó. Ante el City, seguramente el equipo más exigente e intenso de Europa, no jugar con once sanos puede costar muy caro.De Deportes https://ift.tt/rnVeFDd
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