Pellegrini, el ingeniero experto en éxitos

Licenciado en Ingeniería Civil por la Pontificia Universidad Católica de Chile, a Manuel Pellegrini se le ha dado bien siempre armar proyectos. En España ha ido dejando ejemplo y cariño allá donde fue. En Villarreal es un mito, en Málaga tiene hasta una rotonda con su nombre y en el Betis alzó el sábado su segundo título en España tras la Intertoto de 2004 con el conjunto amarillo. Le faltó hacerlo en el Real Madrid, donde 96 puntos ligueros no fueron suficientes para batir al arrollador Barcelona. Pero en el resto de clubes sí dejó huella de tal manera que sembró con su trabajo el respeto que ahora le tiene el universo fútbol. La Copa del Rey lograda con el Betis no es la guinda, sino el escalón hacia el crecimiento que ambiciona este técnico de 68 años que el diciembre pasado renovó con los verdiblancos hasta 2025. Cuando aterrizó en Sevilla muchos pensaban que era para retirarse cerca de su adorada Marbella, donde tiene su hogar y viven algunos de sus hijos, pero nada más lejos de la realidad, puesto que ha sabido darle la vuelta a la historia maldita de un club cuyas vitrinas aún están lejos de la masa social que le sigue. Tomó una plantilla que había quedado decimoquinta y con el club limitado por la crisis económica y supo darle la vuelta para ser sextos en la 2020-21, vivir quinto a un paso de la Champions en la actual y alzar la Copa. «He tenido la fortuna de ganar títulos en todos los países en los que he dirigido. Este título, un gran torneo como la Copa del Rey, lo valoro mucho», señalaba a la conclusión de la final ante el Valencia. «El Betis merecía este título porque dos años atrás venía de una temporada complicada con el rechazo de parte de la grada. Teníamos que tener mentalidad ganadora, sin temor ante nadie. Son muy importantes los líderes que han apoyado en los momentos buenos y malos». Pellegrini ha repetido muchas veces que el Betis iba a llegar lejos si todo el grupo contribuía y por ello empleó rotaciones intensas desde el inicio del curso para tener a toda la plantilla activa. Un ejemplo fue que los cinco lanzadores de los penaltis en la tanda en La Cartuja fueron suplentes. Y todos marcaron. El último, un canterano, Miranda, que desde muy pequeño soñaba en su pueblo con triunfar en el Betis y lo hizo escribiendo una página dorada en su historia con un título. Ahora el ingeniero de los éxitos busca clasificar a su equipo para la Champions. Es el mensaje que ha taladrado en la mente de sus jugadores. Liberados por el deber cumplido con el título y el pase asegurado a la Liga Europa (segunda vez que el Betis logra en su historia repetir clasificación continental), los futbolistas escuchan a Pellegrini como el sabio que siempre tiene la razón. Donde apunta el chileno van todos ciegamente y de su ingeniería sale el éxito de un proyecto ambicioso que quiere instalarse en la zona alta de la tabla un año tras otro para responder a esa masa social que le respalda.

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