jueves, 28 de abril de 2022

Sara Sorribes: «Me encanta lo que hago y a veces me puedo pasar, pero he aprendido a desconectar»

Se presenta Sara Sorribes en el Mutua Madrid Open con energía y buen humor, recién aterrizada de Estambul donde ha levantado el título de dobles. Una buena escuela para tener en las piernas el ritmo de competición que necesita para su cita madrileña, siempre complicada porque la presión de jugar en casa a veces atenaza. Pero esta Sorribes es una tenista madura, 25 años con muchas batallas ya en el cuerpo y muchas reflexiones que desprenden madurez, calma y pies en la tierra. Se estrena hoy contra Anastasia Pavlyuchenkova. ¿Cómo está? Con ganas, me encuentro bien, voy jugando cada vez mejores partidos en lo que va de año, y tengo mucha ilusión de jugar en casa. Como tenista, ¿tiene algún objetivo en su carrera? ¿Algo que le gustaría ser? No tengo ninguno de ranking. No te puedo decir quiero ser número 1 o quiere ser 5. Quiero terminar mi carrera y estar totalmente convencida de que he dado todo lo que tenía. De que me he ido a dormir todos los días contenta con mi trabajo y satisfecha. Es la mayor victoria que puedo tener. Me gusta entender la vida y el deporte así, como una forma de trabajar y de dar lo mejor cada día. Es mi mayor logro. ¿Con qué se siente que ha dado todo? Con entrenar bien todos los días y saliendo a hacer todo lo que he trabajado. Para mí, fijarte solo en un resultado o cómo te va en Madrid, que es de mis torneos favoritos, o en los Grand Slams, es un poco vacío. Intento disfrutar del camino, del día a día, entenderlo como un trabajo y una forma de mejora. A mí así me va bien porque me ayuda a competir después con tranquilidad y saber que el resultado es una consecuencia de todas las demás cosas, pero que no depende solo de mí. Está claro que yo quiero ganar mañana, pasado y todos los días, pero también la de enfrente. No me puedo quedar solo con eso. Viene de ganar un torneo de dobles, ¿qué le supone para su carrera individual? Creo que es muy positivo. Te hace mejorar en competición, que es lo que necesitas. Puedes entrenar mucho, pero cuando lo tienes que poner en práctica, que es en competición, no siempre tienes las horas de vuelo que te gustaría tener. Ayuda a eso, a tener más horas, a jugar más tranquilo en ciertos momentos porque estás acompañada. Lo veo muy positivo. Me encanta y ojalá pudiera seguir jugando muchos más. ¿Cuánto le duran la derrota y la victoria? Me duran, me duran. Las derrotas duran un poquito más. Me cuesta muchísimo dormir, dos días o incluso tres días después de la derrota. Perdí en cuartos en Estambul y hasta que no he llegado aquí no he conseguido dormir bien. Incluso habiendo ganado el dobles. Son cosas que duran, le das vueltas, crees que lo podías haber hecho mejor o gestionado mejor equis momentos. Pero es algo inevitable y en cierta parte bueno. Y las victorias, por desgracia, yo creo que duran menos. Ya estás pendiente de querer mejor, ponerte de nuevo a tope para trabajar y el tenis no te da respiro. Ganas y ya estás otra vez en el siguiente torneo. ¿Es lo mas difícil del tenis, mantener la estabilidad? Sí, es lo más complicado. Todos los días necesitas dar el cien por cien, un nivel muy alto, estar muy concentrado y dispuesto a todo y bufff, es lo más difícil. No es ir y bueno le pego a la pelota y ya está. No, tiene muchísimo muchísimo más. Estar al cien por cien o, sin estarlo, dar lo mejor de ti de lo que tengas cada día. ¿Ha encontrado recursos o herramientas para poder desconectar? En lo de desconectar he ido mejorando después de trabajar mucho con Silvia Soler y Paco Fogués, mis entrenadores. Es intentar hacer cosas distintas que te saquen la mente de tanto tenis. Me encanta lo que hago y disfruto mucho de mi pasión y a veces me puedo pasar. Necesito bajar de revoluciones, hacer otra cosa, y eso es algo de lo que estoy superorgullosa porque he mejorado mucho en estos dos años. Me ayuda también tener objetivos claros. No de resultados, sino de cómo me quiero sentir en la pista, qué tipo de jugadora quiero ser. Me ayuda a no desviarme. ¿Qué suele hacer para olvidarse del tenis? Hago bastante yoga. También veo alguna serie o películas, pero no soy muy buena porque me quedo dormida enseguida. O leer. También me va bien ir a tomar un café con Silvia; tenemos una relación más allá de entrenadora-jugadora, hay una amistad detrás y podemos hablar de cualquier cosa. Y con Paco me pasa lo mismo. La vida no es solo tenis... A mí me gusta pensar que soy persona bastante antes que tenista. Lo otro es una suerte que tengo, un privilegio de disfrutar de lo que más me gusta, pero la persona está mucho antes. Siempre hay ciertos problemas que tratar por encima de lo que tienes dentro de la pista. ¿Ha dado más importancia a estar bien en la vida con los años? Sí, he ido evolucionando. Cuando era más joven estaba más pendiente solo de ganar partidos; conforme te haces mayor, te pasan cosas distintas en la vida y entiendes que no todo es pegarle a la pelota. Eso es una suerte, pero hay muchas más cosas a las que darles prioridad. La pandemia me hizo entender eso, que había otras prioridades: no sabías lo que podía pasar, podías volver a estar encerrado y no saber hasta cuándo. ¿Qué descubrió de sí misma en la pandemia? Tuve mucha suerte porque me pilló volviendo para casa. Estuve viviendo dos años en Barcelona, pero volví a Valencia a entrenarme; y con mis padres y mi hermano. Fueron unos meses de volver a conectar con ellos, como con mis raíces, de lo que había vivido. Y me encontré con mucha tranquilidad: no había horario, siempre había tiempo, no tenías obligaciones. Esa parte me vino bien. Fue duro en otros aspectos, pero de tranquilidad y paz interior me vino muy bien. Acostumbrada a viajar todo el tiempo y tener un calendario muy marcado, ¿llegó a aburrirse en casa? Para nada. Tengo un hermano más pequeño que yo y lo de aburrirse es imposible. En la eliminatoria de la Billie Jean King Cup fue la líder del equipo, ¿le gusta ese rol? No es algo que vaya demasiado con mi carácter, eso de sentirme muy protagonista. No lo he hecho nunca y no va conmigo por mi forma de ser. Pero esa semana estuve muy a gusto, arropada y más tranquila de lo que suelo estar en esa competición. Lo conseguí llevar bien y estoy muy orgullosa de cómo actué, porque era complicado. ¿Existe un click de verdad cuando notas que puedes competir con las mejores? Para mí es un proceso. Imagino que cada persona, por su carácter, lo verá de forma distinta. Habrá jugadoras que creerán mucho más en ellas y, cuando ganen un partido a alguna top, dirán 'aquí me como el mundo'. Yo no. Yo intento ir más en la sombra, un poquito más tranquila. Necesito muchas pruebas de demostrarme a mí misma, en entrenamientos, partidos, sets de entrenamientos o de competición, que voy dando pasos hacia delante. ¿Tiene días que preferiría quedarse en el sofá? Uff, no. Igual podría no ir a jugar al tenis, pero haría otro deporte: iría a jugar al fútbol o al pádel. Quedarme en el sofá sofá… no soy muy de pelis… lo intento hacer, pero me cuesta más. Prefiero hacer cosas. Ahora que me voy haciendo un poco mayor noto que tengo un poco menos de energía. Pero antes era a todo a todo a todo, y ahora que tengo descansos los aprovecho al máximo. En el camino ha encontrado apoyos que le permiten tener también tranquilidad para mantenerse siempre en el circuito de un lado para otro del mundo, como Nara Seguros. «Me aporta una tranquilidad. Es muy positivo que apuesten por deportistas, por gente como yo. Tenemos valores muy parecidos y me hace estar muy a gusto con ellos y ojalá que podamos estar mucho más tiempo».

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